Sufrió una violación y lo ha convertido en novela: "La experiencia de la violación no fue la más violenta"
Mathilde Forget reconstruye en su novela el vértigo de una víctima que, tras la agresión, se enfrenta a un sistema que la hace dudar de sí misma

Sufrió una violación y lo ha convertido en novela: "La experiencia de la violación no fue la más violenta"
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La escritora francesa Mathilde Forget ha convertido una experiencia traumática en una obra literaria que interpela, incómoda y remueve. Su novela Por voluntad propia, publicada por la editorial Tránsito, no es solo un testimonio sobre la violencia sexual, sino una reflexión demoledora sobre el sistema judicial, el lenguaje y la culpa.
Durante su entrevista en La Hora Extra de la SER, Forget lanza una afirmación que descoloca: "La experiencia de la violación en sí no fue lo más violento. Como sociedad, sabemos que las violencias hacia las mujeres existen, pero lo que más me chocó fue el trato que recibí por parte de la policía. Eso fue lo más inenarrable, lo más sorprendente".
La novela, de fuerte carga autobiográfica, no se centra en la descripción del acto violento, sino en lo que viene después: el proceso judicial, la revictimización, la duda sembrada sobre la víctima.
Forget evita deliberadamente narrar los detalles de la agresión. En su lugar, construye una narradora ambigua, que siembra incertidumbre incluso sobre su propia inocencia. "Quería que la lectora sintiese ese vértigo que yo sentí: la impresión de ser culpable cuando no me lo esperaba. Esa sensación de tener que justificarme, de estar en el banquillo, fue lo que más me marcó".
Uno de los ejes centrales de la novela es el lenguaje. Forget denuncia cómo las palabras que pronunció durante el proceso fueron manipuladas, reinterpretadas y utilizadas en su contra. "Todo el juicio está basado en el proceso verbal, en la transcripción que hacen los policías o los abogados de mis palabras. Y esas frases siempre sufren una interpretación, una corrección. He visto documentos en los que el policía no solo transcribe, sino que interpreta lo que yo he dicho".
Esa manipulación del lenguaje se convierte en una forma de violencia más sutil, pero igualmente devastadora. "En el juicio, el lenguaje se convierte en la única prueba. Y eso es peligroso, porque entonces la lengua es a la vez mi aliada y mi peor enemiga".
Por voluntad propia no es una novela de denuncia al uso. Es un texto literario que juega con la forma, con la ambigüedad, con la fragilidad de la memoria y la subjetividad del relato. Forget no busca ofrecer respuestas, sino abrir preguntas incómodas: ¿qué significa ser creída? ¿Cómo se construye la verdad en un tribunal? ¿Qué papel juega el lenguaje en la justicia?
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Mathilde Forget, escritora: "Tengo el sentimiento como mujer de haber nacido culpable"
La novela se inscribe en una corriente de literatura contemporánea que aborda las violencias sexuales desde la primera persona, como han hecho autoras como Annie Ernaux, Vanessa Springora o Christine Angot. Pero Forget aporta una mirada singular: la de quien no solo ha vivido la violencia, sino también la violencia institucional que viene después. "No se trata solo de lo que me pasó, sino de cómo el sistema me hizo sentir culpable. Y eso, en muchos sentidos, fue aún más violento".




