Las Hijas del Amor Misericordioso, las ‘falsas monjas’ que la Iglesia ha intervenido tras denuncias de comportamientos sectarios

Madrid

La historia empieza casi siempre de la misma manera. Una chica joven que acude a un retiro católico. Hasta ahí, todo bien. Pero poco a poco empieza a cambiar. Le cambia la sonrisa, que pasa a ser forzada, exagerada, imperturbable. Le cambia la voz, la mirada. Y comienza a distanciarse de su familia.

Para entonces, ya ha conocido a las Hijas del Amor Misericordioso, las HAM. Ha ido con ellas a "ejercicios espirituales", lo que suelen llamar el "retiro del silencio", quizás también a Medjugorje, un lugar de peregrinación católica. Aunque apenas lo ha comentado en casa. La sorpresa llega poco después, con el anuncio de 'la llamada', que suele producirse cuando quedan apenas un par de semanas para romper con todo y marcharse al convento.

Una vez dentro, los cambios pasan a ser más y más profundos. El aislamiento es cada vez más pronunciado. La ruptura con su vida anterior, más drástica. Se controlan las comunicaciones, la información que llega del exterior, las visitas.

"Clonado" de personas

"Los familiares observan ya no solo un distanciamiento, sino prácticamente una ruptura de las relaciones", cuenta el psicólogo Miguel Perlado, que ha estado en contacto con familiares con hijas en las HAM. Perlado asegura que lo que se produce dentro del convento es casi un "clonado". "Lo que hacen es construir personas bajo un mismo patrón", explica. "Observamos respuestas clónicas. Se repiten gestos, expresiones… Es uno de los signos guía que nos alertan de que se puede estar produciendo un proceso de transformación ideológica de signo negativo". Las familias, cuenta este psicólogo, sienten que sus hijas han sido "abducidas".

Las Hijas del Amor Misericordioso se presentan como monjas, visten como tal y llevan a cabo todos los procedimientos habituales, pero no son una congregación religiosa reconocida oficialmente: son una Asociación Pública de Fieles. Nada más. Según su página web, ahora inoperativa, la organización la fundó en 1983 el Padre Antonio Mansilla, al que rinden culto, aunque no fue aprobada hasta 2007 por el cardenal Rouco Varela. Tiene presencia en Madrid, Toledo y Sevilla.

Sus miembros se dedican, sobre todo, a rezar, impartir charlas y retiros, y estudiar Teología. Durante un tiempo, subían de forma habitual vídeos a YouTube llamados "diosidencias", en los que las chicas, la mayoría muy jóvenes, contaban anécdotas relacionadas con dios. Desde hace unos meses dejaron de hacerlo. Las HAM aseguran vivir de la "providencia", aunque reciben de forma usual alimentos y ayuda de las familias y de la comunidad de laicos y laicas que las apoya.

La investigación

El Arzobispado de Madrid empezó a investigar a las Hijas del Amor Misericordioso hace más de un año, tras recibir decenas de denuncias de familiares y víctimas alertando de este tipo de comportamientos. Realizó lo que se conoce como "visitas canónicas", es decir, visitas a los conventos para entrevistar a sus miembros y observar las dinámicas. También el Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica, el tribunal superior eclesiástico, inició entonces una investigación para evaluar si se habían cometido delitos según el derecho canónico.

El resultado se conoció a finales del mes de julio. El Arzobispado decidió intervenir a las Hijas del Amor Misericordioso, expulsar a la que actuaba como superiora general y poner a otra religiosa, Pilar Arroyo Carrasco, al frente. Arroyo va a estar al mando al menos durante un año, aunque hay posibilidad de prórroga. Su misión, según el comunicado de la archidiócesis, es "reconducir aspectos fundamentales, tales como la estructura de gobierno, el plan de formación, la vida comunitaria y el acompañamiento espiritual, además de revisar estatutos, reglamentos y la gestión económica". Es una intervención total, una decisión extraordinaria que no es habitual en la Iglesia.

Durante el tiempo que la asociación siga bajo la lupa del Arzobispado, además, no podrá aceptar a más personas, ni seguir participando en "actividades pastorales". Es decir, las Hijas del Amor Misericordioso tendrán que dejar de ofrecer charlas, como hasta ahora, o participar en los retiros católicos de Effetá y Emaús, cada vez más populares entre jóvenes. Las HAM habían empezado a promoverlos por su cuenta, utilizándolos como espacios de captación. Ahora, la propia Iglesia les prohíbe seguir haciéndolo. Tampoco podrán confesarse o recibir acompañamiento espiritual de la persona que ellas consideren: tendrán que ser personas "designadas por la autoridad eclesiástica". Hasta ahora, las HAM recibían "dirección espiritual" de otros miembros de la asociación.

El Tribunal de la Rota, por su parte, apreció "verosimilitud" en los testimonios y denuncias que recibió de las familias. Encontró en ellos lo que se conoce como "delicta graviora", delitos graves, cuyo estudio corresponde al dicasterio de la Doctrina de la Fé, en el Vaticano. Ahora es este organismo el que tendrá que decidir si el Tribunal de la Rota continúa o no con el proceso judicial.

El Arzobispado de Toledo, además, ha ido un paso más allá y ha decidido expulsar a las Hijas del Amor Misericordioso de su diócesis. Ahora, hay un grupo de las HAM en Escalona, aunque la intención era mudarse en los próximos meses al convento de las Madres Capuchinas de Toledo, una opción que les ofreció el Arzobispado. Sin embargo, cuando tuvieron conocimiento de la investigación, ya en diciembre de 2024, les comunicaron que esa opción ya no estaba disponible. Ahora, además, han decidido expulsarlas también de Escalona.

Las denuncias

Las familias denuncian que dentro de las HAM se están produciendo abusos de poder y de conciencia. Ponen el foco, sobre todo, en la que actuaba como monja superiora, María Milagrosa Pérez Caballero, más conocida como Marimí, o "mami" como la llaman dentro de los conventos. Las que han pasado por las HAM cuentan que Marimí ejerce un control absoluto sobre los miembros de la asociación. No se toman decisiones sin su visto bueno.

"La persona que ostenta un cargo de autoridad se erige en fuente de autoridad única e indiscutible, y adopta un lenguaje pseudo místico para justificar doctrinalmente su lugar de autoridad y de poder", explica Miguel Perlado. "Al final se trata de una suerte de elitismo espiritual que hace que se sientan superiores, se sientan elegidas de dios porque forman parte de una iniciativa que viene directamente de dios a través de Marimí", añade Luis Santamaría, experto en derivas sectarias, al que también han acudido varias familias.

Según explican los expertos, el abuso de conciencia se produce cuando las personas pierden su capacidad de raciocinio. "Se meten dentro tuya hasta tu más íntima vida y desde ahí transforman tu percepción de relacionarte con los demás, de percibir el mundo, de entender la realidad y de vivirla", apunta Perlado. Es, explica, como si se metieran dentro de ti y retorcieran tu forma de ser. De ahí que las familias encuentren a sus hijas "desconectadas". Se produce un abuso de conciencia y también espiritual, que afecta a la relación de estas personas con dios y su vocación. "Lo que están haciendo es someter a las personas con todo ese lenguaje de fé, con toda esa terminología bíblica, católica", sostiene Santamaría, que cuenta que muchas de las familias que se han puesto en contacto con él son católicas.

Aunque la atención está centralizada sobre todo en Marimí, que es la que ha sido expulsada de la asociación, los expertos y las familias advierten de que el problema no está solo en ella, sino en todo el equipo directivo, y en el grupo en general. Por eso, esperan que la Iglesia acabe tomando la decisión de disolverlo para que todas puedan volver con sus familias.

La salida

El Arzobispado, según interpretan los expertos, podría haber tomado la decisión de acabar con el grupo, pero adoptó esta medida intermedia. En parte, para valorar si algunas de las vocaciones pueden reconducirse a otras congregaciones religiosas. Y también para mantener un acompañamiento y que no haya un corte de raíz que podría resultar traumático para los miembros.

En la situación actual, se plantean varios posibles escenarios. Uno es que los miembros de la asociación obedezcan a la Iglesia y acaten las medidas acordadas. Otro es que decidan hacer todo lo contrario: desobedecer, romper con la Iglesia y volver a crear el grupo. Y un tercer camino, el más complejo, según Luis Santamaría: que obedezcan de forma aparente, pero que la superiora siga ejerciendo su poder y controlando a los miembros. "Hay indicios de que las Hijas del Amor Misericordioso han elegido esta tercera vía", apunta Santamaría. Algunos de los que apoyan a las HAM argumentan que lo que está ocurriendo es una campaña orquestada por el demonio.

La salida de un grupo de estas características no es sencilla. Miguel Perlado, experto en tratar a víctimas de grupos coercitivos, cree que lo mejor es restablecer el contacto con la familia cuanto antes y empezar un proceso de acompañamiento y diálogo. "Hay que hacer un trabajo muy fino para que la persona pueda resituarse y, sobre todo, recuperar su autonomía", explica. Es un proceso lento, que puede prolongarse durante meses o años, y que requiere de mucha paciencia y empatía, pero es, asegura, reversible.

La Cadena SER ha intentado ponerse en contacto con María Milagrosa Pérez, pero no ha obtenido respuesta.

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