"Atacar hoy en día a un musulmán es un logro, un triunfo, un trabajo hacia la patria"

Mounir Benjelloun lleva 30 años viviendo en España y cuenta que nunca había visto de esta manera el miedo entre la comunidad musulmana. El auge de la islamofobia, sostiene, está calando en un sector de la población y se nota en las calles, en los bares, en el trabajo. Lo ocurrido en Jumilla es un ejemplo más. Por eso, lo han recibido con "sorpresa", pero también "acostumbrados" a esta deriva islamófoba.

El Ayuntamiento de Jumilla, en Murcia, gobernado por el PP ha acordado impedir la celebración de actos religiosos, culturales o sociales en los espacios deportivos municipales del Ayuntamiento. Era habitual en Jumilla que la comunidad musulmana - unas 1.500 personas - utilizará el polideportivo del municipio para el rezo colectivo del fin del Ramadán o para la celebración de la popular Fiesta del Cordero. Venían haciéndo, explica la exalcaldesa socialista Juana Guardiola, sin problema alguno. Ahora, en cambio, el Ayuntamiento ha decidido prohibirlo.

Todo parte de una iniciativa del único concejal de Vox que tiene el municipio. La ultraderecha proponía ir más alla y prohibir, de forma expresa, la celebración en espacios públicos de cualquier acto musulmán. El argumento es que esas celebraciones eran "ajenas a nuestras tradiciones" y prácticas "incompatibles con la identidad y usos y costumbres de la nación española". La propuesta de Vox, en forma de moción, iba directamente en contra de la Constitución, que garantiza la libertad religiosa, así que el PP decidió enmendarla. El PP en Jumilla eliminó del texto las referencias a la comunidad musulmana, pero mantuvo su esencia. El resultado, de facto, es el mismo: impedir la celebración de actos como el rezo colectivo en los espacios municipales deportivos.

Benjelloun, que es el presidente de la Federación de Entidades Islámicas, asegura que, con iniciativas como esta y con la violencia en Torre Pachecho, se ha pasado "otro escalón". "Ya no estamos hablando de cosas verbales, estamos hablando de persecuciones. Estamos perseguidos".

Cree Benjelloun que las formaciones políticas que difunden este tipo de discursos desean que reine el miedo y la violencia. Lo han conseguido ya en Torre Pacheco, inoculando miedo entre la población. "Ahora pocos responsables de mezquitas pueden dar la cara y pueden hablar. Tienen miedo. No saben qué pueden esperar", cuenta Benjelloun. "Atacar hoy en día a un musulmán es un logro, un triunfo, un éxito, un trabajo hacia la patria"

Con esto, insiste Benjelloun, no solo sufre la comunidad musulmana, también la sociedad española en su conjunto. España ha sido siempre, sostiene, un referente de convivencia y tolerancia, y ahora está dejando de serlo. "Estamos hablando de una generación que ha nacido aquí y que no conoce otra patria que no sea la española y de la noche a la mañana se encuentran que son totalmente rechazados por su confesión y perseguidos y odiados. No sé qué se puede esperar de todo eso", concluye.

Génova no aclara si la dirección del partido avala o no iniciativas como la de Jumilla. No han querido desautorizar a su partido en el municipio, que se agarra a la literalidad del texto para justificar la medida islamófoba. "¿Dónde pone musulmán? ¿dónde pone prohibir?", aseguraba este miércoles la portavoz del PP en Jumilla.

"Es falso que el PP vaya a señalar a nadie por su credo", ha asegurado este jueves Jaime de los Santos. El Gobierno, según el Partido Popular, está intentando "hacer un caso donde no lo hay". "Es absolutamente inaceptable que se pretenda hacer pasar al PP por un partido xenófobo", ha asegurado.

Preguntado expresamente sobre si el PP avala o no la medida que se ha aprobado en Jumilla, De los Santos ha evitado contestar, pero ha insistido en que su partido respeta la libertad de cada ciudadano como partido "constitucionalista". "No vamos a señalar a nadie por lo que crea o rece", ha concluido.

Vox celebra la iniciativa de Jumilla como una victoria. La ultraderecha lleva meses haciendo de la islamofobia su bandera, copiando a aliados internacionales como al holandés Geert Wilders que ha hecho de esto el centro de su discurso.