El día en el que Ger llegó a la conclusión de que se iba a morir a manos de un payaso
"Sé que es un señor, seguramente muy majo, que no me va a hacer nada, pero esa caricatura, es como entrar en un pasaje del terror"

El día en el que Ger llegó a la conclusión de que se iba a morir a manos de un payaso
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Hay miedos que no se explican, que no se razonan, que simplemente aparecen. Ger lo descubrió en una comunión, rodeado de globos, niños y un payaso que, en teoría, solo debía hacer reír. Pero algo se activó en su cabeza. Una alarma. Un presentimiento. Una certeza irracional: "Aquí va a pasar algo terrible".
"No fue el payaso. Fue el sueño. No, fue real", contaba Ger en Me pasa una cosa, de la SER. "Fue la sensación de estar dentro de una película de terror, de esas en las que el personaje que se ríe primero es el que muere después".
Ger se levantó y se fue. Salió de la sala con la convicción de que no volvería a ver a nadie de los que allí estaban. "Hasta luego a todos", pensó. Y no por cortesía.
"Sé que no estoy bien de la cabeza en ese aspecto", reconocía entre risas nerviosas. "Sé que es un señor, seguramente muy majo, que no me va a hacer nada. Pero esa caricatura, ese disfraz, es como entrar en un pasaje del terror. Sabes que vas a salir vivo, pero hay algo en ti que duda".
Ger se creyó su propia fantasía. Y en ella, el payaso era un psicópata. No uno cualquiera, sino uno de esos que acaban en documentales de crímenes reales. "De verdad pienso que hay alguien que, vistiéndose de payaso, puede acabar siendo un asesino en serie. Me pega muchísimo", confesaba.
Durante la conversación, Burque le planteó una hipótesis: "Si yo te digo que nuestro técnico ha matado a diez personas, ¿te entra terror?". Ger respondió: "Un poco sí, pero no es una sensación de angustia irreprimible. Lo del payaso es distinto. Es como si asumiera delitos a sus espaldas. Ya no es solo el disfraz, es lo que proyecta".

A Ger le dan miedo los payasos
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"No hubo gritos. Nadie murió. Pero yo viví mi propia escena de terror", concluía Ger. Desde entonces, los payasos dejaron de ser personajes de fiesta para convertirse en protagonistas de sus pesadillas.




