El lugar escondido de Budapest, que no sale en las guías, pero que Pedro Piqueras nunca se pierde

Pedro Piqueras, uno de los rostros más reconocibles del periodismo televisivo en España, ha convertido Budapest en su refugio personal. "Llevo yendo a Budapest desde hace veinte años, y siempre descubro cosas nuevas. Es una ciudad interminable", confesó en el programa El primer vuelo de la SER.

La capital húngara, con su mezcla de historia, arquitectura y vida cultural, ha cautivado al periodista hasta el punto de tener allí su segunda residencia. Entre los lugares imprescindibles de Budapest, Pedro Piqueras, destaca el majestuoso Parlamento, las emblemáticas piscinas termales como el Széchenyi Fürdő y los paseos junto al Danubio.

Pero lo que realmente le apasiona son los rincones menos transitados, aquellos que no suelen aparecer en las guías turísticas. Uno de sus favoritos es el Parisi Udvar, un hotel boutique que en su origen fue un pasaje comercial. "Está muy cerca del Café Central. Fue restaurado con detalles de la época otomana y tiene una atmósfera única", explica. Para Piqueras, es el lugar ideal para desconectar: "Tomar un café por la tarde allí, cuando no hay mucha gente, es maravilloso".

Este edificio, con su arquitectura neogótica y art nouveau, es un ejemplo de la riqueza cultural de Budapest. "Allí hay restos turcos, restos romanos… Es una ciudad muy rica, como España, donde también hay huella árabe", reflexiona Piqueras.

Otro de sus rincones favoritos es la pastelería Gerbeaud, aunque insiste en que el Parisi Udvar tiene algo especial: "Es un sitio relajado, fuera del circuito turístico. No sale en las guías, pero yo nunca me lo pierdo".

Para Piqueras, Budapest no es solo un destino, sino una experiencia que se renueva con cada visita. "La mayor parte de la gente que va a Budapest vuelve, si vas cinco, también", asegura con convicción, asegura con convicción.