Reyes Gallegos, arquitecta: "Hay una generación de mujeres invisibilizada a la que le debemos casi todos los servicios básicos de nuestros barrios"

Sevilla

"Los descampados, las grandes torres de ladrillo, el hormigón y el asfalto son símbolos de los barrios obreros que se hicieron sin pensar en las personas, en los cuidados y en la socialización del día a día", así describe la arquitecta Reyes Gallegos los paisajes de los barrios de la periferia de Sevilla a los que se mudaron miles de familias en el tardofranquismo con la esperanza de mejorar su calidad de vida. La especialista en urbanismo ha dirigido el documental Ellas en la ciudad (Movistar+) sobre el activismo de las mujeres que transformaron los barrios del extrarradio de Sevilla para humanizarlos más.

Reclamaron mercados de abastos, asfalto en sus carreteras, aceras en las calles, transporte público y centros de salud. Fueron pioneras en la lucha vecinal a la que les empujó la propia necesidad de cubrir los vacíos de una planificación urbanística diseñada por hombres desde arriba y centrada solo en la productividad. "Salvaron los barrios", explica Gallegos. Y cuenta que eran ellas las que sujetaban las pancartas y se organizaban, porque conocían de primera mano la realidad del barrio mientras sus maridos trabajaban. "Además, fueron más allá y tuvieron un despertar por la educación y la cultura. Se formaron en centros de adultos, por los que también pelearon".

El documental las mira sin condescendencia y homenajea su lucha. "Hay una generación de mujeres invisibilizada a la que le debemos casi todos los servicios básicos de nuestros barrios". Otro de los logros del documental es combatir los prejuicios sobre la periferia, "muchas veces se nos olvida que es donde vivimos la mayor parte de la población, ya que solo es una minoría la que se puede permitir vivir en los centros de la ciudades erosionados por la turistificación". La historia que se cuenta pone en común lo que pasa en Sevilla con otras ciudades como Madrid, Bilbao, Barcelona y Valencia. Y deja un recado a los nietos de esas mujeres, para que descubran lo que lograron sus abuelas, y apuesten por la asociación vecinal para conseguir lo mismo: ciudades que miren a sus habitantes.