Carlos Soria, en 'El Larguero', antes de intentar conquistar el Manaslu 50 años después: "Es ridículo decir que el alpinismo ha ido a peor"

En el año en el que se ha cumplido medio siglo desde la primera vez que una expedición española conquistó el Manaslu (8.163 m), Carlos Soria ha decidido protagonizar una aventura a la altura de la leyenda que es. A sus 86 años, el alpinista abulense, que acumula 12 de 14 ochomiles, se adentra en la aventura más peligrosa de su vida al intentar conquistar una de las cumbres más exigentes en todo el mundo. Con la compañía de una productora, se grabará su aventura con la intención de estrenar una película espectacular sobre la hazaña.

En su casa en el pueblo madrileño de Moralzarzal, Carlos Soria recibe a Álvaro Benito para contarle cuáles sus sensaciones de cara a esta nueva aventura, cómo lleva la preparación tan exigente una persona que tiene 86 años y el recuerdo que tiene de algunas experiencias previas. Es una leyenda viviente y quiere hacer todavía más grande su nombre conquistando el Manaslu.

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¿Cómo estás? "Disfruto de lo que hago siempre. Puedo disfrutar de mis hijas ahora que están por aquí y de amigos míos, así que lo pasamos fenomenal. Estoy tranquilo antes de intentar ascender al Manaslu 50 años después, que es una maravilla y un proyecto precioso"

El secreto de mantenerse así a los 86 años. "Disimulo muy bien. Me ves muy bien porque estoy sentado, pero donde me ves tengo una prótesis en la rodilla izquierda, que no me deja pasar de los 90 grados, en la pierna derecha tuve un accidente terrible que me duele un poco el hueso del tobillo... a mí me gusta vivir como lo he hecho siempre y no empeorar a lo largo de los años. Me encuentro muy bien y con ganas. No lo hago por nada, pero que se haga la película es muy bonito".

El proyecto de volver al Manaslu. "Hace un mes aproximadamente, a un amigo mío se le ocurrió que quería hacer una película y que con eso podíamos financiarlo. También me ha ayudado la Comunidad de Madrid, no económicamente, pero siempre ha estado conmigo. Siempre llevo la bandera de España, la de la Comunidad de Madrid y la de mi pueblo Moralzarzal. Llevo 21 años viviendo aquí y han sido los mejores 21 años de mi vida".

Su primera vez a la montaña. "Cuando descubrí la montaña fue a los 14 años ya trabajando de tapicero. Me dieron unas vacaciones y con mi amigo Antonio se nos ocurrió ir a La Pedriza de vacaciones. Íbamos con una lona, dos palos y unos trapitos, pero nos daba vergüenza sacarlos porque las tiendas de campañas eran mejores que las nuestras. Después de vivir tanta miseria y en un barrio complicado en Las Ventas, descubrí con la montaña otro mundo y desde aquellas somos amigos".

La historia alpina en nuestro país. "No somos un país alpino porque la primera vez que fuimos a una gran expedición era el año 1962 en el oeste del Rhur, tres días en la pared. Nos sentíamos inferiores al lado de otros países alpinos, entonces tendría 23 años y estuvimos tres días en la pared. Cuando subimos y bajamos el Espolón Bonatti ya con 50 años, ya estábamos a la altura de los demás países".

Cambios en el alpinismo. "Ha cambiado como lo ha cambiado todo. Nada es como antes, por supuesto. Hemos cambiado para mejor, que ahora hay mucha gente, que no están preparados... pero así es la vida. Mucha gente lo soluciona con dinero y todo el mundo tiene derecho a lo que sea. Los países deben regular algunas normas a cumplir, pero por lo demás, ¿cómo vamos a decir que esto es peor? ¡Es ridículo! Hace unos días me han operado del corazón y un poco antes de la hernia inguinal izquierda, pues bien, a los 20 días estaba subiendo el Aconcagua. La vida es fantástica, pero si quieres ver el lado malo lo podréis ver".

La "ventana del tiempo". "Necesitas tener suerte y estar preparado para lo que tienes que hacer. Sé dónde voy, a pesar de mis años y los problemas de mi edad, tengo muchas posibilidades de hacer cumbre porque si no, no iría. Hay que esperar la ventana del buen tiempo".

Subir o bajar, ¿qué es más complicado? "Bajando estás más contento, pero también más cansado. Hay gente que se le olvida bajar (...) Está subiendo y piensa que el final es la cumbre y no lo es, amigo. El final es volver a casa entero con todos tus dedos a ser posible".

Fue lo que te ocurrió en el Dhaulagiri (Nepal). "Fue una injusticia terrible lo que me pasó. La montaña que más hemos perseguido y estábamos a punto de conseguirlo, teníamos un tiempo increíble para llegar a la cumbre. Estábamos muy altos, a 7.000 metros, íbamos como un tiro a la cumbre después de más de 10 intentos por llegar a la cumbre, pero tuvimos la mala suerte que un 'sherpa' local se cayó y nos arrastró a los tres que íbamos por detrás. Quizá al caer, me rompí la pierna derecha. Fue una rotura terrible de la que me pude recuperar gracias a mi amigo Sito".

¿Pensaste que te podía pasar algo? "No pensaba que iba a morir, pero las primeras ocho horas sin camilla y siendo arrastrado con la fractura abierta, pasé mucho dolor y pudo pasar de todo, pero lo importante es que estoy aquí".

El trato con el periodismo español. "Todo el periodismo se ha portado muy bien conmigo y 'El Larguero', especialmente".

Mensaje a los alpinistas más jóvenes."Estoy encantado de lo que hacen, de ver cómo ha llegado este deporte a ellos y sobre todo a las mujeres. Siempre han sido fantásticas y ahora veo las chicas deportistas, me siento muy orgulloso de dónde se ha llegado en este país".