Por qué siempre acabamos hablamos sobre el tiempo cuando estamos en el ascensor: la cosa va más allá de cualquier ola de calor

Madrid

La ola de calor más larga del verano se despide este martes con la bajada de temperaturas en prácticamente la totalidad del país. Sin embargo, la tregua durará bastante poco porque la previsión es que el mercurio vuelva a subir de cara al final de la semana, coincidiendo con la llegada del puente de agosto. Así lo ha dado a conocer la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) a través de un comunicado, en el que ha advertido de un descenso térmico para este miércoles que nos permitirá respirar un poco antes de volver nuevamente a las altas temperaturas que están marcando uno de los veranos más calurosos de los últimos tiempos en todo el país.

No obstante, y a pesar de que vayan a bajar las temperaturas en prácticamente la totalidad del país, es bastante probable que sigas hablando sobre el tiempo con desconocidos. Más aún si estás en escenarios cuanto menos hostiles como puede ser un ascensor. Así lo ha dado a conocer el sociólogo e investigador social Pablo Redondo, quien nos ha explicado este martes en el Hoy por Hoy de la Cadena SER por qué siempre acabamos hablando sobre el tiempo cada vez que entramos en un ascensor cualquiera.

El dilema del ascensor

En declaraciones a la Cadena SER, Pablo Redondo nos cuenta que hubo un sociólogo que estudió este fenómeno en la década de los 50: "Se llamaba Erving Goffman y se dedicó a estudiar nuestro comportamiento en espacios donde no controlamos lo que sucede y donde las interacciones son casuales, como puede ser un ascensor". Porque seguro que a ti también te ha pasado en alguna ocasión: "Te encuentras con alguien por casualidad, en muchas ocasiones con alguna persona que no conoces o que no tienes información suficiente sobre ella, y no tienes tiempo para mantener una conversación".

De esta manera, se genera una situación cuanto menos comprometida que nos lleva a recurrir a conversaciones para salir del paso: "Se genera una situación bastante incómoda y no sabes muy bien cómo actuar. Lo fácil es recurrir a una conversación trivial. Estos días, probablemente, hablarás sobre el calor que hace hoy". ¿Y por qué recurrimos a este tipo de conversaciones? Según la teoría de Goffman, porque sirve como pegamento social.

Un pegamento social realmente útil

¿Y qué quiere decir realmente esto? Que nos permite suavizar la convivencia en un espacio compartido y una situación inesperada como puede ser la de montar en ascensor con alguien a quien no conozcamos realmente: "Esto es una forma de manejar las impresiones, de presentarnos al público y hacer parecer que somos una persona cordial que estamos intentando suavizar la situación".

Por lo tanto, es bastante lógico que acabemos hablando sobre el tiempo cada vez que nos encontramos en una situación en principio abrupta, como puede ser un ascensor. Principalmente porque se convierte en un comodín que te permite interactuar con cualquier persona y que esta te responda con facilidad sin la necesidad de profundizar mucho más allá en vuestra situación personal.