"La gente no los conoce, y si no los conoce no los usan": la posible solución para refugiarse del calor extremo
Ana Terra Amorim-maia, experta en adaptación al cambio climático, habla de la importancia de los refugios climáticos

"La gente no los conoce, y si no los conoce no los usan": la posible solución para refugiarse del calor extremo
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Madrid
Con veranos más calurosos cada año y olas de calor como la que llevamos viviendo unos días, las ciudades están apostando por una solución: los refugios climáticos. Estos espacios en la que la gente puede ir a resguardarse de las altas temperaturas son de vital importancia para salvaguardar la salud de los más vulnerables. Hoy se ha asomado a La Ventana, Ana Terra Amorim-maia, investigadora del Basque Centre of Climate Change especializada en la adaptación al cambio climático en ciudades.
"No hay una normativa nacional, pero los expertos dicen que por lo menos debería garantizar una temperatura no superior a 26 grados, contar con zonas de descanso, ofrecer agua potable y ser totalmente gratuitos", ha explicado Amorim-maia sobre los elementos imprescindibles que debe tener un refugio climático.
Amorim-maia ha puesto el ejemplo de la ciudad de Barcelona como modelo a seguir. "En Barcelona, que se considera el modelo, plantea un refugio a 5 minutos de la vivienda de cada persona. Pero esto depende también del propio territorio de la región", ha explicado.
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"Los refugios tienen que ser diversos y estar distribuidos por la ciudad. Barcelona empezó con espacios públicos como bibliotecas o colegios, y continuó por universidades privadas o iglesias", ha explicado sobre los distintos edificios que pueden ser convertidos en refugio. Estos edificios, ha dicho Amorim-maia, se ofrecen ellos a través de webs habilitadas para tal uso.
"La gente no los conoce, y si no los conoce, no los usan. Además de invertir en transformar estos espacios, las ciudades deben también invertir en información y comunicación", ha dicho Amorim-maia. Un ejemplo perfecto de esta desinformación es el pabellón de San Pablo en Sevilla, el cual ha cerrado dos días después de su apertura porque no fue nadie.
"Esto debería de ser una oportunidad de socialización, de promover actividades culturales o recreativas. Promover sentimiento de pertenencia de los barrios, y que sea una oportunidad de conocer a tus propios vecinos", ha destacado la experta. El otro gran desafío a ojos de Amorim-maia son los horarios "Los horarios de apertura son también un gran desafío. Los espacios públicos que son refugios que justo están cerrados en la horas de más calor y en los meses como agosto que son los peores", ha finalizado.




