Netanyahu ironiza con el hambre en Gaza: "Hamás necesita Ozempic"

Las autoridades gazatíes han confirmado que 235 personas han muerto de hambre en Gaza, de las que prácticamente la mitad son niños. A pesar de estos datos, acompañados de las evidencias presentadas por la Organización Mundial de la Salud, las organizaciones humanitarias y los medios de comunicación que trabajan en la zona, al primer ministro israelí esta realidad, considerada un crimen de guerra por el Derecho internacional, le vale para hacer chistes.

Benjamín Netanyahu ha participado en las últimas horas en un acto del medio de extrema derecha Newsmax en Jerusalén en el que ha negado la hambruna. "El hambre no es un problema en Gaza, Hamás necesita Ozempic", ha dicho en referencia a este medicamento contra la diabetes utilizado para adelgazar entre las risas de los presentes.

Según Netanyahu, "si hubiéramos desarrollado una estrategia de usar el hambre como arma no quedaría nadie vivo en Gaza". Con los 23 fallecidos hasta el momento este mismo jueves por los ataques israelíes, la cifra oficial de palestinos asesinados roza ya los 62.000.

Podríamos bombardear Gaza como los aliados lo hicieron con Dresde en la II Guerra Mundial, pero preferimos desplazar a la población

—  Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel

La intervención del primer ministro hebreo se ha centrado en presentar a los israelíes como víctimas históricas de persecución y campañas de mentiras, así como en agradecer el respaldo sin fisuras de Donald Trump a sus operaciones militares.

Campaña de expansión en Cisjordania

En paralelo a estas últimas declaraciones de Netanyahu, uno de los miembros del ala más ultraderechista de su Gobierno, el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, ha confirmado que va a dar luz verde a la financiación de nuevos asentamientos ilegales en Cisjordania.

En concreto, Smotrich permitirá la financiación para construir 3000 viviendas con el objetivo, según ha dicho literalmente, de "enterrar la idea de un Estado palestino".

Este proyecto llevaba décadas congelado por la oposición frontal de la comunidad internacional, ya que supone la división de Cisjordania en dos regiones, una al norte y otra al sur, y hace imposible la conexión mediante poblaciones palestinas entre Jerusalén Este, Belén y Ramala.

Polémica por el "Gran Israel"

Los países árabes han mostrado además su malestar, sobre todo Egipto, por las palabras de esta semana de Netanyahu en las que defendía la creación de un "Gran Israel" que se extendiera desde Egipto hasta Irak.

El gobierno egipcio avisa de que este tipo de declaraciones suponen un riesgo para la estabilidad de toda la región, y ha recordado en un comunicado que los países de la zona siguen siendo partidarios del "establecimiento de un Estado palestino dentro de las fronteras del 4 de junio de 1967, con Jerusalén Este como capital".