¿Vas a regatear en Tánger? Este consejo puede ahorrarte mucho dinero
"En Marruecos se habla mucho del regateo, pero no hay que negociarlo absolutamente todo. Hay productos con precios fijos"

¿Vas a regatear en Tánger? Este consejo puede ahorrarte mucho dinero
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Tánger no solo es una ciudad que mira al mar desde el norte de Marruecos; es también un cruce de culturas, acentos y colores donde cada calle tiene algo que contar.
Para quienes la visitan por primera vez, el zoco puede parecer un laberinto de aromas, voces y objetos que brillan bajo la luz del Mediterráneo. Alfombras, especias, lámparas, babuchas, cerámica todo parece tener un precio negociable. Pero hay una regla no escrita que conviene conocer antes de lanzarse a comprar: el arte del regateo.
En el programa El primer vuelo de la Cadena SER, el tangerino Simo Benayat comparte sus consejos para moverse con soltura por la ciudad. Simo, lo tiene claro: "En Marruecos se habla mucho del regateo, pero no hay que negociarlo absolutamente todo. Hay productos con precios fijos".
Su recomendación es sencilla pero efectiva: comparar precios entre varios puestos antes de decidirse. "Si se trata de un producto que lo venden varios negocios, hay que ir viendo la diferencia y hacerse una idea del precio", explicó. Y añadió algo fundamental: el regateo debe hacerse con respeto. "No hay que pasarse, de manera que se llegue a ofender al comerciante. Hay que hacerlo de forma razonable".
Este consejo no solo puede ahorrarte dinero, también puede evitarte momentos incómodos. En Marruecos, el regateo es casi un ritual social, una forma de interactuar, pero también una muestra de cortesía. Regatear con agresividad o desconfianza puede romper ese equilibrio.
Además, hay zonas donde el regateo no tiene cabida: restaurantes, cafeterías, supermercados o tiendas modernas suelen tener precios fijos. En cambio, en los zocos de la medina, en los puestos de artesanía o en los mercadillos, negociar es parte del juego.
Así que si estás pensando en llevarte una alfombra, una lámpara o una caja de especias como recuerdo, recuerda este consejo: observar, preguntar y negociar con tacto puede ahorrarte dinero.




