"Genera el 10% de las emisiones mundiales de carbono": los grandes problemas de la industria de la moda
La ropa es un elemento que se utiliza todos los días, pero trae problemas "ocultos" como la contaminación o el aumento del consumismo

Patricia
El divulgador científico y médico Ignacio Crespo ha vuelto con su sección Serendipias para hablar sobre moda. En esta ocasión, Crespo ha querido arrojar luz sobre un tema que muchas personas no conocen: el origen de las prendas que los consumidores compran en una tienda o por internet. La industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo. Sin embargo, el impacto medioambiental de la industria textil comienza mucho antes de lo que se podría pensar.
Históricamente, la tela no sólo servía para hacer manteles, ropa de cama y cortinas, sino que en civilizaciones como China o Egipto, los materiales no solo eran funcionales, sino que también cumplían funciones estéticas, ha comenzado explicando Crespo. Y este gusto por lo estético también tenía su impacto medioambiental.
Las pieles han sido siempre una de las telas estrellas, y en especial entre las clases altas y la realeza. Un ejemplo de ello eran las vestimentas de los reyes, compuestas muchas veces por una prenda en concreto: las estolas. Estas capas o vestimentas reales se pueden ver comúnmente representadas por una tela de superficie blanca salpicada por pequeños puntos negros. Pese a su belleza, las estolas requerían el sacrificio de los armiños, unos animales blancos que tan sólo al final de su cola tienen una mancha negra. El lince ibérico también se vio afectado por esta práctica, pues sus vientres cumplieron esta función durante la Edad Media.
El impacto de un pantalón vaquero
Actualmente, la industria de la moda se rige por una prenda estrella y básica: el pantalón vaquero. Sin embargo, el divulgador ha advertido del proceso que se requiere para que estas prendas adquieran su aspecto desgastado tan característico: el lavado a la piedra. "En este proceso los tejidos se erosionan, se degradan", ha añadido el médico. Después de este proceso, hay que gestionar los pequeños trozos de tela que se desprenden y que contienen tintes: "En algún lado van a parar".
Muchos de estos pantalones acaban en vertederos ilegales que acaban contaminando el ambiente con sus químicos y materiales. Ignacio ha aclarado que para afrontar el problema "existe una regulación, aunque hay formas de saltarse esta normativa". Por este motivo, estos vertederos no los veremos en Europa, pero sí en África u otros países en los que se están acumulando residuos. Para Crespo, este es un problema "que se nos está atragantando".
El problema de las tallas
El 10% de las emisiones de carbono mundiales se deben a esta industria que contamina y que cada día produce más productos. Pero aparte de la contaminación, la industria de la moda también presenta otros problemas como las tallas.

Ignacio Crespo aclaraba que el tallaje "suele ser una imposición de los países fabricantes". En Japón, por ejemplo, la población media es más delgada y bajita que en Occidente, por lo que las tallas son más pequeñas que en España o Europa en general. Una curiosidad es que, para que los turistas puedan comprar ropa en el país, implementan la talla vanidosa. Es algo que se está haciendo para contentar al consumidor a la hora de comprar ropa. "Me puse contento por entrar en una S", ha dicho Crespo sobre una anécdota en su viaje a Asia.
¿Es posible hacer un consumo sostenible?
Esta pregunta la ha respondido Noelia Moreno, coordinadora del equipo de consultoras de la Asociación Moda Sostenible de Barcelona. Moreno daba como primer consejo alejarse de las tendencias. "El fast fashion acostumbra al consumidor a que cuando compra una prenda sienta que la tiene que cambiar", ha explicado.
El fast fashion ha evolucionado a un Ultrafast fashion. "En tres días puede crear una prenda y enviarla al cliente", ha afirmado la experta. Estas tiendas son chinas y venden su producto a través de internet y normalmente el material de estas prendas es de poliéster, uno de los más baratos y más contaminantes. Es tan contaminante que el poliéster reciclado viene de botellas de plástico.
La ropa de segunda mano también es una alternativa. En España, este sector ha vivido una evolución por parte, sobre todo, de la generación millennial y la Z. No obstante, según señala Noelia, no se encuentra todavía al nivel de países como Francia o Alemania.




