Por qué algunos de los mejores neurobiólogos del mundo llevan tiempo sin dormir tranquilos

Madrid

Suena a ciencia ficción, pero ya es una realidad: gracias a la neurobiología y a la inteligencia artificial, se ha conseguido insertar un chip en la cabeza de personas con parálisis cerebral para que logren expresarse, en tiempo real, con su pensamiento, sin que ni siquiera sea necesario que hagan el intento de articular palabra.

Este jueves se ha publicado un estudio de investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU) que confirma los avances que se han experimentado en los últimos dos años. Pero su trabajo cuenta con una curiosa novedad: la inclusión de una contraseña mental (chittychittybangbang) para que el lector cerebral se active solo cuando ellos quieren, protegiendo su intimidad.

El neurobiólogo español Rafael Yuste, profesor de la Universidad de Columbia (Nueva York) y director del centro de neurotecnología de la misma universidad, además de presidente de la Fundación de Neuroderechos, ha explicado este jueves en Hora 25 cómo funcionan estos dispositivos, pero también ha expresado preocupación por cómo puede llegar a usarse esta tecnología en el futuro.

El ejemplo del martillo

"La ciencia siempre es neutra. Es como un martillo, que puede usarse para clavar un clavo o para darle un martillazo a alguien", ha explicado, muy gráficamente. "Todo depende del uso que le demos a esta tecnología, pero estos avances —el que se publica hoy y otro de hace dos años— son muy buenas noticias para los pacientes porque permite que quienes están encerrados en su propio cerebro, les abras la puerta de la cárcel y se puedan comunicar gracias a los chips implantados y a la inteligencia artificial".

Leer pensamientos y descifrar emociones, la nueva era de la neurotecnología

Lo que ahora son chips intracraneales, en el futuro pueden ser cascos o diademas. "Uno de los objetivos es que podamos comunicarnos con los pacientes que tenemos en casa, incluyendo mi propia madre. Y sí, ya se han probado cascos de encefalograma y se han podido descodificar palabras".

Pero, más allá de su aplicación médica, los científicos que han desarrollado esta tecnología son conscientes de que en el futuro podrá usarse para escribir a máquina mentalmente, para ejecutar acciones con maquinaria externa o para comunicarnos mentalmente.

"Mi propio momento Oppenheimer"

"La descodificación del lenguaje cerebral es algo mucho más amplio y servirá también para las imágenes o las emociones", ha explicado.

Yuste ha explicado que uno de sus colegas le llamó un día y le dijo que no podía dormir pensando en el uso (dañino) que se le pueda dar a esto: "Yo también he tenido mi propio momento Oppenheimer [aludiendo a los dilemas morales del creador de la bomba nuclear], por eso es urgente proteger los datos neuronales".

El neurobiólogo español ha asegurado que "con las investigaciones médicas no hay problema" porque está todo perfectamente regulado, pero ha añadido que la razón por la que los científicos no pueden dormir es que la tecnología civil con brazaletes, diademas o cascos no lo está y "es el salvaje oeste".

En la letra pequeña de los contratos, de hecho, suele decir que los usuarios ceden a las empresas "toda la información neuronal para siempre". Algo que, según Yuste, no se puede permitir.