Samantha explica hasta dónde ha llegado su hipocondría: "Pensaba que tenía un tumor"

En el último episodio de Me pasa una cosa, Manuel Burque ha reconocido una de las partes de sí mismo que le guían en el día a día: La hipocondría. Este estado mental, conocido como la ansiedad relacionada con la salud, es una afección que afecta a un pequeño porcentaje de la población, aunque ha dado la casualidad de que la invitada de esta semana, la cantante Samantha Gilabert, comparte con Burque su miedo a las enfermedades.

"Mi hipocondría es un castigo", ha constatado la artista, que ha confesado que incluso, este año la cantante llegó a pensar que sufría de una condición extremadamente grave: "Este año me he hecho dos resonancias, radiografías, tacs, porque pensaba que tenía un tumor en la espalda. El médico me dijo que tantos rayos me iban a hacer daño".

"El miedo es terrorífico"

Samantha se ha sincerado y ha revelado que esta condición le afecta en otros aspectos de su vida: "Yo lo paso muy mal, llego a no disfrutar de la vida y decir 'si esto dura para siempre, no voy a poder soportarlo'. Hay épocas de mi vida en las que todos los días es 'me muero'".

La cantante ha calificado su miedo como "terrorífico", llegando al punto en el que un día tosió, le dolió la espalda y eso derivó en un ataque de pánico. "Vi un chico que tosió, le dolió la espalda y tenía un linfoma". Tras este episodio, estuvo meses sin toser y sin estornudar. "Lo pasé fatal, y a nadie le importa".

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La artista ha compartido otro episodio extremo en el que incluso se llegó a automedicar: "Me dolía el riñón, pensé que tendría una infección y me tomé antibióticos que tenía por casa. No se me pasó y pensaba que era un fallo multiorgánico y me quedaban diez minutos de vida".

Una enfermedad derivada de un trauma

Tras mucho tratamiento psicológico, Samantha ha revelado que su hipocondría viene derivada de un trauma en su infancia: "Cuando dejó de pasar lo que pasaba en mi vida, empezaron los ataques de pánico y la hipocondría. Estaba todo el rato en alerta, y pensando que en cualquier momento puede volver a pasar, pero no pasaba. Entonces, me autocastigo yo porque no pasa nada malo. Ahora cada vez que yo tengo algo muy positivo en mi vida, pues me muero". Sin embargo, cuando pasa por una mala racha, los síntomas se reducen: "Son meses de escasez de trabajo".