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Alfonso Pleguezuelo: "Encontré una carta de Felipe II quejándose porque no le llegaban los azulejos de Talavera"

El experto explica cómo nació este arte en España y el viaje que realizó la técnica por Europa

La reforma de Felipe II

La reforma de Felipe II

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Madrid

A menudo cuando hablamos de la historia del arte queremos buscar un origen concreto para las cosas, formando una historia casi novelesca. Sin embargo, cuando hablamos de azulejos -como un panel de azulejos que forman un dibujo- sí que podemos encontrar sus raíces y seguirlas hasta un momento y una persona. Nos situamos en el siglo XV en España, más concretamente en Sevilla y Valencia, donde creaban azulejos de manises con dibujos sencillos. Estos diseños Españoles, que ya se exportaban a toda Europa, viajaron hasta Nápoles junto a algunos de los artesanos por orden de Alfonso V.

En Italia mejoraron la técnica hasta crear dibujos complejos y así llegó el creador oficial, Francisco Niculoso Pisano. El italiano llegó a Sevilla a finales del siglo XV y transformó la experiencia italiana en cuadros de cerámica. Algunos de sus trabajos se conservan aún en el Alcázar de la ciudad andaluza, Triana o Badajoz. A pesar del éxito que tuvo, con la muerta de este artesano, murió la técnica.

Viajamos entonces a Amberes, en la actual Bélgica, treinta años después de la muerte de Niculoso Pisano. Allí comenzaron a utilizar la técnica del italiano, sin conexión aparente con Sevilla. Alfonso Pleguezuelo, profesor de Bellas Artes y experto en azulejos, asegura que, a la vez que Pisano viajaba a España, otro italiano acabó en Flandes y se encargó de expandir la técnica. En el taller de la ciudad nórdica, construido sobre una antigua fábrica de cerveza, se mantuvo la tradición hasta que Felipe II, enamorado de los diseños, los devolvió a España.

El rey católico reclamó a uno de los azulejeros, Jan Floris, a Talavera de la Reina para diseñar azulejos para la reforma de su palacio. Como a cualquier mortal cuando hace obra, a Felipe II se le complicó la reforma cuando su artesano decidió huir a Portugal sin haber terminado el trabajo. Una historia que conocemos gracias a la carta que mandó el monarca quejándose de que no llegaba su encargo. Cerca de Lisboa, en el Palácio da Bacalhôa, se conserva uno de los pocos azulejos que hizo Floris. De la colección de cerámica y porcelana del rey de Aragón no queda prácticamente nada tampoco, aunque se puede observar una pieza de la vajilla en el Museo del Prado de Madrid.

Laura Olano

Laura Olano

Empecé en la radio de mi comarca cuando era pequeña. Ahora soy estudiante de periodismo, productora...

 

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