"Hay gente que tiene carisma de fábrica y otros que lo trabajan": una psicóloga explica cómo gestionan la envidia los artistas
Marta Garay, psicóloga de artistas, cuenta cómo es trabajar con artistas y los problemas derivados de la envidia

Envidiosos anónimos | Talento artístico
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A todo el mundo le produce envidia aquellas personas que nacen con un talento especial. Pintar, bailar o jugar bien a cualquier deporte puede ser motivo de envidia durante la infancia. Más tarde esto se traslada a la vida adulta de muchas formas diferentes. Algunas personas tienen un magnetismo, talento o don que provoca que se les imite.
Rosa Estévez es directora de castings y lleva más de 27 años de experiencia. Cuando no existía este rol y eran pocos los que se dedicaban a seleccionar actores, ella ya estaba descubriendo talento. "Es una cosa que con la práctica y la experiencia se potencia. No tengo el mismo olfato que hace 27 años, he mejorado. Cuando has hecho miles de castings te das cuenta de si el actor va a hacer algo interesante o no", explica.
Otorgarle un papel a un actor u otro levanta recelo entre el resto de candidatos. Tomar las decisiones no es nada fácil. Estévez cuenta que "pelea con directores, productores y plataformas para defender el talento" y recalca que "quienes financian los proyectos intentan potenciar que sea alguien carismático el que lidere el proyecto".
La clave es que talento y carisma vayan unidos. "Para mí el carisma tiene que ver con la seguridad en uno mismo, cierta dosis de misterio y energía sexual. Hay gente que tiene eso de fábrica o que lo han trabajado de algún modo", concluye.
Sobre si algún actor o actriz le ha sorprendido, Estévez cuenta que "le pasó con Álvaro Cervantes" añadiendo que "verle tan concentrado le sorprendió". Cuando pasó a hace el casting se reconfirmó.
Envidia entre artistas
Marta Garay es psicóloga de artistas además de intérprete, docente y creadora. Garay ha comentado que "existe la envidia entre artistas" porque "envidia existe en cualquier mundo dónde hay comparación posible".
La envidia puede ser un mecanismo de defensa. "La envidia como emoción tiene una función, lo que no podemos hacer es quedarnos a vivir en ella, aunque pueda llegar a ser una inspiración o motor", explica Garay.
En el caso de los artistas, Garay puntualiza que "necesitan diferenciación, ser reconocible" por lo que el desarrollo en la profesión "tiene cierta relación con el autoestima". Esto puede acarrear problemas en el ámbito personal. "Hay actores que se sienten envidiados por sus compañeros. Esto pasa incluso en parejas de actores heterosexuales", concluye.




