La cumbre de la Casa Blanca mejora el tono del diálogo, pero no avanza en soluciones
El encuentro de Trump con Zelenski y varios líderes europeos no soluciona la concesión o no de territorio, el despliegue de fuerzas internacionales o un compromiso para un alto el fuego

Donald Trump junto a Volodimir Zelenski en el Despacho Oval antes de su reunión de este lunes / AARON SCHWARTZ / POOL (EFE)

La reunión que han mantenido Donald Trump, Volodimir Zelenski, varios mandatarios europeos y el secretario general de la OTAN no ha supuesto mucha diferencia en las primeras horas del martes en Ucrania.
Decenas de drones y varios misiles rusos han llegado a alcanzar 16 puntos de territorio ucraniano una vez terminada la cumbre, que ha acabado sin grandes compromisos. Al menos cinco personas han muerto por los ataques sobre la región de Donetsk en las últimas horas. Una respuesta a la poca determinación de Trump para exigir un alto el fuego a Putin como paso previo a una negociación de paz, tal y como pedían los socios europeos de Zelenski.
Más allá de que el tono entre Trump y Zelenski ha sido mucho más cordial que el mostrado en el anterior encuentro en la Casa Blanca en febrero, y de que se abre la puerta a una reunión cara a cara entre el dirigente ucraniano y Vladimir Putin, pocos compromisos visibles salen de esta reunión.
Sin bases para un acuerdo de paz
Los mandatarios presentes han salido de la Casa Blanca sin una hoja de ruta clara para un posible alto el fuego y un consiguiente acuerdo de paz.
En primer lugar, no hay fechas fijadas para nuevas negociaciones en las que puedan intervenir tanto rusos como ucranianos bajo supervisión de Estados Unidos. El Kremlin de hecho guarda también silencio pasadas las horas desde el final de la cumbre.
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No se han definido qué implicaciones tendría ese acuerdo, cómo afectaría a la integridad territorial de Ucrania, a las sanciones de Rusia o a la defensa militar del territorio invadido a largo plazo. Tampoco hay ningún mecanismo de quién vigilaría su cumplimiento y cómo se castigaría que no se respetara.
Concesión territorial
Una de las claves de este encuentro era comprobar si Trump iba a forzar a Zelenski a aceptar la concesión de territorio ocupado por Rusia, en particular la península de Crimea. A día de hoy, tanto ese territorio como la totalidad de Lugansk y la mayor parte de Donetsk, Jersón y Zaporiyia están en manos rusas.
Zelenski ha admitido después del encuentro que "la cuestión del territorio quedará para una conversación entre Putin y yo". Es la primera vez que el mandatario ucraniano no rechaza tajantemente siquiera tratar esta posibilidad, pero es un asunto del que no se ha sacado ninguna conclusión en la reunión de Washington.
Despliegue de fuerzas internacionales
De la cumbre de Washington no sale tampoco ningún texto o borrador sobre las prometidas medidas de seguridad para Ucrania que supervisará Estados Unidos ni de un posible despliegue de fuerzas internacionales que garanticen el final de las hostilidades. Esas medidas de seguridad si deberían conocerse en un plazo máximo de diez días.
"Algunos estarán preparados para tener presencia física en Ucrania, otros para ayudar con inteligencia. Incluso habrá quien se centre en los cielos o en la seguridad en el mar", ha explicado Zelenski, sin dar más detalles. Francia y el Reino Unido han mostrado su disposición a formar parte de un futuro despliegue, pero no se han puesto fechas ni características del mismo.
Tampoco hay un compromiso explícito para el regreso de los niños ucranianos raptados y trasladados a la fuerza a Rusia, aunque el presidente ucraniano sí que ha asegurado que es un asunto que ha hablado con Trump en Washington y que el presidente estadounidense lo considera prioritario. Ahora mismo, Vladimir Putin está bajo una orden de arresto por parte de la Corte Penal Internacional por estos traslados forzosos.
Futuro de Ucrania en la OTAN
Donald Trump había avisado ya antes de la reunión de que Zelenski debía abandonar la idea de ingresar en la Alianza Atlántica, un proceso que hasta su vuelta a la Casa Blanca y la llegada de Mark Rutte al mando de la OTAN era considerada en este organismo como algo "irreversible", como repitió en más de una ocasión el exsecretario general Jens Stoltenberg.
"No hemos hablado de ello", ha reconocido Rutte después de la reunión de la Casa Blanca. El mandatario neerlandés ha asegurado que será un tema a tratar en el futuro, "sean días o semanas", pero sin más detalles concretos. Rusia se niega en banda a esta posibilidad y, de hecho, la utiliza como uno de los pretextos para la invasión de su vecino.

Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...




