Maluma y los pediatras coinciden: "Los conciertos no son espacios para niños"
Ferran Campillo, pediatra y miembro del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría, advierte de las graves consecuencias de exponer a menores de 7 años a altos niveles de ruido

Maluma y los pediatras coinciden: "Los conciertos no son espacios para niños"
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Madrid
Hace unos días, durante un concierto en Ciudad de México, Maluma protagonizó una escena que dio de qué hablar al llamar la atención a una madre que asistió al evento con su bebé de apenas un año. La exposición al ruido es una de las formas de contaminación más subestimadas, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la señala como la segunda causa de pérdida de años de vida saludable, solo por detrás de la contaminación del aire.
Sin embargo, en la sociedad actual, el ruido extremo en conciertos, festivales y otros eventos se ha normalizado. Incluso resulta común ver a niños pequeños acompañando a sus padres en estos espacios. Ante este panorama, los pediatras advierten sobre el grave impacto que puede tener en la salud infantil.
El doctor Ferran Campillo, pediatra y miembro del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría, ha señalado en La Ventana que "cada vez es más habitual ver a niños a temprana edad expuestos a niveles de ruido altísimos que son claramente perjudiciales para su salud". Según ha explicado, la exposición inmediata puede provocar irritabilidad, insomnio e incluso mareos, mientras que la exposición prolongada se asocia a problemas mucho más graves como pérdida auditiva, alteraciones en el neurodesarrollo o complicaciones cardiovasculares.
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La vulnerabilidad de los niños frente al ruido es especialmente preocupante, ya que su sistema auditivo aún no está completamente desarrollado. "Los niños todavía no han terminado de desarrollar la amortiguación del ruido y, además, tienen el conducto auditivo más corto, por lo que el sonido llega antes al tímpano", ha advertido Campillo. Por este motivo, la Asociación Española de Pediatría recomienda que los menores de 7 años no acudan a este tipo de eventos ni se expongan a altos decibelios.
Aunque el uso de cascos de protección puede actuar como una medida paliativa, la principal estrategia sigue siendo la prevención: "La solución recomendable siempre será la no exposición", ha subrayado el especialista.
Más allá de los efectos directos en el oído, el pediatra recuerda que estos entornos conllevan otros riesgos para la infancia, como la posibilidad de accidentes o la exposición a humo y drogas. "Nos ha tocado atender a niños con intoxicación por cannabis debido a la inhalación de humo en estos espacios", ha señalado.
Campillo ha insistido en la necesidad de abrir un debate social sobre este problema y de avanzar en una regulación que limite la exposición de los menores al ruido excesivo, del mismo modo que ya se ha legislado frente al humo del tabaco u otras formas de contaminación. "Se subestima el daño del ruido a todas las edades y no se habla de su impacto. La OMS tiene guías muy claras donde recomienda evitar este tipo de exposiciones a todas las edades", ha concluido.

Alba Villanueva
Estudiante de periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Antes en Radio León.




