La campaña de propaganda que consiguió que las mujeres fumasen en público: "Era como ver a tu abuela en OnlyFans"
En 1929, que las mujeres fumasen en público era considerado un acto inmoral

La campaña de propaganda que consiguió que las mujeres fumasen en público: "Era como ver a tu abuela en OnlyFans"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
¿Cuántas veces hemos comprado productos o servicios que, en realidad, no necesitamos? ¿Alguna vez no has logrado quitarte un producto de la cabeza hasta que te has hecho con él? Todos hemos caído alguna vez en las redes de una campaña publicitaria atractiva que ha logrado convencernos para adquirir algo que no teníamos pensado comprar.
Más información
En el transporte público, en la calle y, en la era digital, incluso en las páginas web y redes sociales, estamos constantemente bombardeos con imágenes para influir en nuestros deseos. El inventor de este tipo de marketing que juega con la manipulación no fue otro que el sobrino de Sigmund Freud, Edward Bernays. De su famoso tío aprendió los mecanismos del inconsciente para fines comerciales.
"Se inventó la propaganda, cuando propaganda empezó a sonar demasiado nazi, lo llamó relaciones públicas y cuando manipulación le empezó a sonar feo, le puso un nombre poético a esta estrategia, ingeniería del consentimiento", explica el historiador David Botello en El Faro. Esta "ingeniería del consentimiento" consistía, básicamente, en convencer a la gente de que, lo que no necesita es justamente lo que más deseas.
Entre uno de sus grandes éxitos publicitarios, destaca su campaña de propaganda en 1929 para convencer a las mujeres para que empezasen a fumar como los hombres. "Hasta ese momento una mujer fumando en público, era como ver a tu abuela en OnlyFans, una cosa muy chunga", bromeaba Botello. Y es que, hasta ese momento, las mujeres fumando en público no bien vistas, pues el acto se consideraba un acto inmoral e, incluso, asociado con la prostitución.
Una lucha feminista
Las compañías tabacaleras lamentaban que, al no vender cigarrillos a las mujeres, se estaban perdiendo obtener beneficios de la mitad del mercado, por lo que decidieron recurrir a Bernays para encontrar una solución. Y al famoso publicista se le ocurrió una campaña que revolucionó a la sociedad.
Durante el Desfile de Pascua de Nueva York, en el que la población mostraba sus mejores trajes para asistir a la misa en la Catedral de San Patricia en la Quinta Avenida. Dado el nivel de relevancia de este acto, Edward Bernays intuyó que tendría una gran repercusión mediática, lo que lo convertía en el evento perfecto para llevar a cabo su plan.
Allí, los fotógrafos que estaban avisados, dispararon cuando todas las mujeres contratadas empezaron a sacar sus cigarrillos ante la atenta mirada de los asistentes. "Fue un escándalo", explicaba David Botello, que afirma que Bernays se aseguró de que, al día siguiente, los periódicos que tenía controlados publicara a toda página las imágenes con la frase "Las mujeres encienden la antorcha de la libertad", convirtiéndolo en toda lucha feminista.
"Fumar se convirtió en un acto revolucionario y las mujeres empezaron a morir de cáncer, pero empoderadas, todo un avance. Podríamos decir que Bernays es el mejor vendedor de humo", bromeaba el historiador.




