Del 'cozy crime' al 'noir' mediterráneo, las autoras renuevan la literatura de misterio

Escribió el escritor alemán Thomas Mann en La montaña mágica, que todo es política, tanto lo que decimos como lo que hacemos. En tiempos en los que se busca la ligereza, la no significación, es importante tener claro que todo tiene una dimensión política y social, que también la literatura, lo que leemos, además del mero disfrute dice algo del mundo en el que estamos, de la sociedad que queremos y de los valores que defendemos. Leer es hacer nuestro el texto, es subvertir de alguna manera lo que el autor o la autora idearon.

En este episodio de La Hora Extra nos hemos propuesto indagar en la política que hay detrás del cozy crime, un nuevo género que hace un par de temporadas acapara las librerías y que detrás del anglicismo esconde historias detectivescas y de misterio, con cierta luminosidad, también ligereza, pero con poso. "Soy fan de Cozy Crime. No solo lo escribo. Me encanta leerlo. Fue divertido poder dedicarme a escribir el género que había leído mientras crecía. Hay una cosa y es que nunca te cansas de él. El lector siempre está listo para el siguiente", nos dice la escritor a Julia Seales, que acaba de publicar Un crimen entre bastidores en Lumen. Es su segunda novela y se ha convertido en uno de los grandes fenómenos del noir contemporáneo. Una historia donde demuestra su devoción por Jane Austen, por el true crime, por las aventuras en el Londres del siglo XIX y con perspectiva feminista. "Al investigar para esta novela, me ha sorprendido la cantidad de similitudes de esa época con la nuestra. Creo que las mujeres todavía tenemos mucha presión y además, el humor de su escritura y los comentarios sociales de la época son muy interesantes".

Ampliar

Cerrar

Hacer literatura de género con perspectiva feminista, cambiando los roles pasivos que tradicionalmente se han destinado a los personajes femeninos es una de las pretensiones de esta escritora británica y también de la eldense Elia Barceló que ha cerrado su saga de Muerte en Santa Rita. Su última entrega cumple todas las normas de este género: cierto humor, un relato más ligero que esa dureza del true crime nórdico y un detective aficionado. Pero además, la novela de la escritora edenes tiene una crítica a la violencia machista. "Me cansé de tantas nieblas y tantas oscuridades y tantos policías y detectives angustiados, obsesionados, alcohólicos", cuenta la escritora en una entrevista en la Cadena SER.

Con 'Cita con la muerte' llega al invierno, en este recorrido por las cuatro estaciones. En cada una de ellas ha habido un crimen, pero las mujeres nunca han sido las víctimas. Todas se ambientan en un balneario regentado por la sagaz y nonagenaria Sophia O´Rourke. En este caso, el muerto es un maltratador. "Todo el mundo piensa en su pequeña burbuja, esta novela es colectiva", dice sobre ese lugar utópico que ha creado donde conviven gentes de todas las edades sin conflicto, mientras fuera el mundo cada vez está más apocalíptico.

La escritora y traductora francesa, Anne Plantagenet, utiliza la no ficción para, como Elia Barceló, contar las vidas de mujeres que han sido silenciadas por culpa de la violencia del sistema. En Desaparición inquietante de una mujer de 56 años, recorre la vida de Leticia Storti, una obra de una fábrica al sur de Francia que desapareció, pero antes había sido la protagonista de una película que compitió en el Festival de Cannes, En guerra, de Stephan Brizé.

"La realidad fue muy dura para esta mujer", nos dice la autora que la conoció en el certamen, subiendo las escaleras y la alfombra roja, rodeada de cámaras y glamour. Aquello fue un desencadenante de un acoso laboral que sufrió y que acabó con ella. "A partir de eso, las condiciones de trabajo empezaron a degradarse muchísimo y ella sufrió mucho y yo no lo sabía. Por eso quise construir el libro en dos partes. Una primera centrada en nuestro en cuento, en nuestra entrevista hasta que supe que Leticia Torti intentó suicidarse en su lugar de trabajo. A partir de ahí trato de indagar en qué pudo pasar para cambiar su vitalidad y hacer que desapareciera".

Una oda a la educación, la última obra del Festival de Mérida

Esta semana disfrutamos de la última obra del festival de teatro clásico. Los hermanos, de Terencio, una comedia sobre qué tipo de educación es mejor, si aquella dura y rígida o la liberal y abierta. Dos modelos que nos acompañan hoy todavía y que disecciona este montaje que protagoniza Pepón Nieto. "El punto de vista canalla y gamberro de Chiqui Carabanchel le viene muy bien a esta función. Aún así, Terencio es un autor que escribía muy bien, que compró su libertad, que escribiendo era un esclavo que escribía, que es una cosa como rara, y se convirtió en un ciudadano muy reconocido escribiendo obras. Y la mayoría de ellas eran comedias. Siempre hay un punto de vista moral de lo que debe hacer o no debe hacer en sus obras", dice el actor en una entrevista en la SER donde asegura que los clásicos están para hablar de la actualidad, para que sean un espejo.

Es lo que hace esta obra que abre el debate de cómo educar a los hijos, con dos hermanos educados de manera diferente, uno una instrucción muy estricta y otro, una educación mucho más laxa. "La obra habla de que si somos lo que somos a pesar de la educación y qué ocurre cuando dos personas criadas de forma muy diferente actúan de la misma manera o tienen los mismos temores y los mismos miedos", explica.

Isidoro Valcárcel nos invita a jugar con la simetría

Isidoro Valcárcel Medina (Murcia, 1937) es un referente del arte conceptual en España. Ha merecido los más alto galardones concedidos por su labor artística, como el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2007 o el Premio Velázquez en 2015.

Ampliar

Cerrar

La exposición presentada por el IVAM en su Galería 3 ofrece la oportunidad de explorar el trabajo más reciente del artista. La muestra recopila una inédita serie de 40 dibujos titulada El movimiento de la idea, en la que Valcárcel Medina investiga la ambigüedad perceptiva y la multiplicidad interpretativa como ejes centrales de su propuesta. Las imágenes se duplican, se superponen y se contraponen, complementadas por breves textos en los que el artista, con ironía, señala el límite entre su intención y la interpretación del espectador. La simetría, etimológicamente, tiene que ver con el metrón; metrón significa medida. Y esto tiene mucho que ver con la obra de Isidoro desde sus inicios. La matemática, la geometría… están relacionadas con la simetría y con el pensamiento abstracto”, ha resaltado el comisario.

Los dibujos de la exposición van acompañados de una breve descripción con los que Valcárcel Medina invita al público a percibir los juegos, más o menos esquivos o evidentes, de la simetría. Esa exigencia al espectador para que ‘trabaje’ es un aspecto fundamental de su trabajo. “Estoy visceralmente en contra de la comodidad de la contemplación. Digo, no voy a usted, muévase, moléstese. Yo sé que esta exposición es incómoda de ver. Pero bueno, pues se aguanta usted”, ha afirmado el creador.

Abdullah Miniawy, una voz sufí en exilio que canta con Niño de Elche

El egipcio Abdullah Miniawy tuvo que exiliarse de Egipto hace una década, cuando apenas contaba con veinte años por su apoyo a la revolución traicionada de su país en 2011. En ese momento, se convirtió en uno de los estandartes de esta y otras revoluciones árabes con sus poemas y su entonaciones sufíes en público. Durante su periplo europeo, acabó instalándose en París aunque sus múltiples proyectos lo llevan continuamente de una punta a otra del continente. Hasta la fecha ha publicado una decena de álbumes con diferentes colaboradores: de los muniqueses de electrónica Carl Gari a su proyecto Le Cri du Caire (El Grito de El Cairo), que resume esta lucha por la emancipación de la juventud egipcia con su voz y el acompañamientos de músicos de jazz contemporáneo. En el festival Nuits Sonores de Lyon, en mayo pasado, actuaba con el músico electrónico francés Simo Cell en una mezcla pausada y urgente entre su voz y las máquinas. Justo esa semana había publicado su último disco, Peacock Dreams, en su propia discográfica junto a dos trombonistas y que es quizás lo más experimental que haya hecho hasta ahora.

Ampliar

Cerrar

Sus intereses han acabado confluyendo con otra voz heterodoxa como la del ilicitano Niño de Elche. Dos personalidades en busca de sonidos sin barreras, uno a partir del flamenco y otro de la tradición mística sufí. El tema que cierra su álbum, 'Moon of Ghazals', es una interacción entra ambos. Precisamente, ambos han actuado este pasado miércoles en el festival de Torroella de Montgrí de la Costa Brava. Repetirán en octubre en la Bienal de Venecia.