"Lo hemos visto ahora, tras un verano de fuego": la reflexión de Sastre tras la peor temporada de incendios de España
Justo en el mes en que más se habla de los pueblos en este país, de la idea romántica de volver al pueblo en agosto, hemos comprobado la realidad de su abandono para quienes viven en ellos todo el año

Se va acabando agosto y volverá la actividad política. Y el ruido. Esta semana, el PP va a llevar a varios ministros a comparecer en el Senado para que expliquen su gestión en los incendios y el PSOE le pregunta que, si quiere saber la verdad, por qué no llama a los presidentes autonómicos, que son los que tienen la competencia en la prevención y extinción de los incendios, que son del PP y que dijeron tener medios suficientes antes de pedir de pronto mil soldados, que es algo que hizo Mañueco.
Más de 350.000 hectáreas han ardido y arden todavía en un mes en el que todos hemos visto algo que, según los que saben de esto, estaba bien a la vista. Hemos comprobado que no se había hecho el trabajo en la prevención del fuego, según nos dijo en Hoy por Hoy el fiscal de medio ambiente de Málaga, una de las personas que más sabe de esto en España y que lleva años escuchando, por cierto, eso de que hay tramas organizadas detrás de los grandes fuegos.
La gente que sabe de esto nos ha dicho muchas veces que lo que ha pasado se veía venir. La gente de los pueblos nos ha dicho que se quedó en sus casas porque se sentían abandonados y la directora de Protección Civil -a la que el PP llamó pirómana mientras quemaban los principales fuegos- no se cerró al debate de si habrá que pensar en un sistema que permita a los vecinos participar en la extinción coordinados por profesionales.
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Justo en el mes en que más se habla de los pueblos en este país, de la idea romántica de volver al pueblo en agosto, hemos comprobado la realidad de su abandono para quienes viven en ellos todo el año, y que esperan una respuesta de gestión política.
Había cosas a la vista de quien quisiera verlas: la organización caótica de algunos operativos, el reparto de competencias que viene fijado por la ley y que exige coordinación y, las condiciones de muchos bomberos. Las denuncias, sobre todo, por la precarización en Castilla y León, donde empresas privadas contratadas por la Junta buscan en internet trabajadores sin experiencia ni formación específica. Un sistema demencial y escandaloso, según lo calificó el fiscal.
Nos hemos llevado las manos a la cabeza por muchas de estas cosas que estaban bien a la vista, pero que el debate público, político y mediático no veía. Que no veíamos. Lo hemos visto ahora, tras un verano de fuego. Está a punto de empezar el curso político y esta es la pregunta: ¿y ahora qué? ¿Qué va a pasar? ¿Seguirán precarizados esos bomberos? ¿Quién supervisará y responderá por la prevención de los incendios? Porque eso también lo vimos no hace mucho, cuando ardió la Sierra de la Culebra y todo se llenó de "esto no puede ser", "esto cómo es posible". Pues aquí estamos, tres años después.




