Una educadora y el equilibrio clave para darle el móvil a un niño: "Por protegerle, puede convertirse en un meme"

La edad adecuada para comprar el primer móvil a un niño es objeto de debate constante entre padres y expertos. Con la vuelta al cole son muchos los adolescentes que piden a sus padres el primer teléfono. El 66% de la población de entre 10 y 15 años dispone de smartphone, según el Instituto Nacional de Estadística.

Marina Marroquí, educadora social, ha pasado por La Ventana para tratar de poner de acuerdo a padres e hijos. "Dar el móvil es un proceso y no un paso. Es importante realizar ese camino en común, aunque es imposible que antes de los 14 o 15 años se alcance la madurez", explica.

"Muchas familias aprovechan el paso al instituto, pero hay que confiar en la madurez de nuestros hijos e hijas partiendo de muchas conversaciones previas", explica. Marroquí incide en el trabajo previo que deben realizar los padres a modo de preparación para que el niño construya una relación sana con el móvil.

El momento en el que los compañeros reciben el móvil también es importante e incluso puede llegar a suponer un problema. "Por protegerle de los peligros le abocas al bullying. Si es el único que no está en los grupos puede convertirse en un meme e incluso que no le inviten a planes", cuenta.

Marroquí, además, apuesta por una especie de contrato con el que vayan desbloqueando aplicaciones. "Deben llevar un año de móvil para acceder a aplicaciones como Telegram, Instagram, TikTok o Discord". Muchos padres optan por tener un control total del móvil. Marroquí, en relación a eso, cuenta que "leer todo lo que tienen en el móvil es invadir un espacio importante en el desarrollo de la adolescencia".

ChatGPT, un nuevo elemento en el desarrollo de los adolescentes

Son numerosas las noticias acerca del uso de ChatGPT como psicólogo adolescente. "La necesidad de profesionales de la salud mental es urgente. No hay semana escolar en la que no vea autolesiones", afirma Marroquí.

La inteligencia artificial no solo ocupa cada vez más espacio sino que los adolescentes confían cada vez más en esta herramienta que en profesionales. Para Marroquí, las redes sociales y la inteligencia artificial no han hecho que los adolescentes se queden en casa sin socializar. Lo que ocurre es que "no pueden expresar como se sienten delante de una persona, por eso cuando les molesta algo de sus amigos se lo hacen saber por Instagram al llegar a casa".