"Esto no se puede llamar guerra, es un genocidio con venganza": el relato de un palestino tras salir de Gaza
"Quien no muere por la bombas lo hacen por la falta de medicamento o comida", explica en 'Hoy por hoy' Kayed Hanmad

Los periodistas, en el punto de mira de Israel en Gaza
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Llegó a España desde Gaza hace casi dos meses. Logró huir después de que Israel matara a uno de sus hijos en un bombardeo y después de haber sufrido ya una situación de desnutrición. Ha vivido en la Franja toda la vida y trabajaba con periodistas españoles. "Me entero de lo que pasa dentro por algunos grupos de WhatsApp y de Telegram", explica Kayed Hanmad en los micrófonos de la Cadena SER.
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"En Gaza quién no se muere de bombas se muere por falta de medicamento o de comida. No se pede llamar guerra es un puro genocidio con venganza", cuenta.
Hanmad nunca se ha puesto el chaleco protector con la palabras impresas PRESS, que debe proteger de forma especial en situaciones de conflicto. Explica cómo Israel tiene en el punto de mira a los periodistas porque no quiere que se cuente lo que pasa en la Franja de Gaza: "El chaleco que lleva escrito PRESS para ellos es un reclamo, yo nunca me lo he puesto por este motivo. Nunca protegió nada este chaleco en tiempo de bombas".

Israel ha asesinado a al menos 20 personas este lunes, cinco de ellos periodistas, tras lanzar un bombardeo sobre el hospital Nasser, el principal centro médico de la Franja. "Lo del hospital se ha hecho más veces. No respetan ninguna norma ni derechos humanos. Es como si estuviéramos en un corredor de la muerte todos, en el que tienen prioridad los periodistas y los que trabajan con ONG", cuenta.
Explica que entre los periodistas bromean al encontrarse y se preguntan si todavía siguen vivos: "Lo dicen de cachondeo, pero saben que en algún momento pueden bombardear".
"Nadie está seguro en Gaza, pero ser periodista quiere decir jugar a la ruleta. Buscan con una lupa a los periodistas para eliminarles porque no quieren que el mundo sepa lo que pasa en Gaza. No se está a salvo de ninguna manera. Estás en la calle, en un hospital, en una estación de bomberos y nunca estás seguro", afirma. Relata que los drones no paran de volar: "Uno está bajo sus ojos 24 horas al día.




