La Ruta Inti llega a su fin: "Para conocer desde dentro tienes que implicarte, y en esta Ruta lo hemos conseguido"
Después de un mes recorriendo Perú con 190 personas, la expedición española concluye en la ciudad amazónica de Iquitos
Iquitos
La aventura ha terminado. Tras un mes recorriendo Perú, la expedición española Ruta Inti ha llegado a su fin en Iquitos, la capital del distrito de Loreto, en plena Amazonía, donde se ha desarrollado la segunda parte del viaje después de una primera etapa en Los Andes peruanos. Los 190 integrantes de la Ruta regresan ahora a sus casas después de una experiencia inmersiva en la que han tenido la ocasión de vivir un intercambio cultural difícil de conseguir desde el turismo convencional.
La asociación, que ha celebrado este verano su undécima edición, a la que la SER ha acompañado, comenzó su periplo el 20 de julio en la ciudad de Cuzco. 150 ruteros y ruteras y alrededor de 40 personas del equipo de organización conformaban la expedición. Durante los primeros diez días del viaje, dedicados a conocer el legado de culturas precolombinas que conformaron el mosaico conocido como "civilización Inca", Ruta Inti visitó lugares emblemáticos de la misma como Qorikancha, Saqsaywaman o Pisac. También, naturalmente, la ciudad Inca de Machu Picchu, reconocida como Maravilla del Mundo por la UNESCO en 2007.
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Ruta Inti 2025: Los Pueblos del Sol
Una experiencia mental y físicamente exigente
El tramo más exigente de esta etapa del viaje, una experiencia ya de por sí exigente, fue el trekking de Choquequirao, unas ruinas situadas en plenos Andes peruanos a las que se conoce como la ciudad "hermana" de Machu Picchu. Los 190 miembros de esta edición de Ruta Inti caminaron durante cinco días en una travesía de ida y vuelta con un duro desnivel. “Ha sido un reto muy bonito porque hemos dedicado cinco días a uno de los objetivos de la Ruta, ha sido una aventura increíble por el compañerismo que ha habido cuando la gente no iba tan bien, y la experiencia de llegar a campamentos tan bonitos después de todo el cansancio era muy gratificante”, declaró Saúl, rutero de Córdoba.
Tras esta experiencia, la expedición se dirigió a la Amazonía peruana, donde tuvo lugar su segunda etapa. Tras visitar la ciudad de Iquitos, los ruteros pasaron varios días de convivencia con comunidades nativas de la región del Ampiyacu, viviendo así el trance más inmersivo de la aventura. "Esta ruta ha tenido mucha implicación con la comunidad local, otros años eso pasaba en momentos muy concretos. Hemos estado mucho con la gente y eso ha marcado la diferencia para mí. Para conocer desde dentro tienes que implicarte, y en esta ruta lo hemos conseguido", apunta Irene, rutera de 23 años.
Otra forma de viajar
Este es un extremo que confirma, del mismo modo, Fernando Enríquez, director de Ruta Inti: "Con el final de la expedición ponemos fin a una historia muy bonita, marcada por el encuentro y el aprendizaje. Hemos tendido puentes con colectivos y comunidades indígenas, siendo conocedores de los retos a los que se enfrentan. Nuestro mayor deseo es que todo lo compartido y sembrado en este camino germine el día de mañana para hacer del mundo un lugar un poco mejor", asegura.
Ruta Inti culmina así una nueva expedición, en la que casi 200 jóvenes han tenido la oportunidad de conocer un país, una cultura y una sociedad muy diferentes a la de su lugar de origen. La asociación española, que lleva desde 2014 ofreciendo este tipo de experiencias, no cuenta con financiación externa, por lo que los ruteros deben abonar una cuota de participación. Sí existen becas de ingreso por parte de organismos como los Ayuntamientos de Burgos, Pamplona o Albacete, la Universidad de Castilla la Mancha, o el Carné Joven de Navarra y Aragón. Es por ello que Ruta Inti se encuentra en una búsqueda activa de colaboradores, con el objetivo de expandir a jóvenes de toda posición social esta oportunidad de experimentar una forma alternativa de viajar, basada en un eje académico de conocimiento del lugar visitado, una cooperación e implicación con la comunidad local, y la creación de una comunidad solidaria en un contexto de aventura en la naturaleza. El destino de la próxima expedición se revelará este otoño, abriéndose inmediatamente las plazas de inscripción para jóvenes hispanohablantes de 18 a 25 años.
