Sexo en las alturas: el escándalo aéreo que reabre el debate sobre el Mile High Club

Una pareja se emborracha en pleno vuelo rumbo a Alicante y mantiene relaciones sexuales en el lavabo del avión. Este incidente ocurrió hace unos días en un vuelo procedente de Londres, repleto de turistas que esperaban pasar una semana de sol y playa. Lo que no esperaban era encontrarse con una pareja que, desde el despegue, estuvo armando escándalo hasta acabar encerrada en el baño, donde el escándalo fue aún mayor. ¿Cómo termina esta historia? Pues mal. Muy mal. Como en Serpientes en el avión, pero sin Jennifer López. Al llegar a Alicante, la policía ya los esperaba en pista para detenerlos.

Eso sí, lograron su objetivo: entrar en el Mile High Club, una comunidad no oficial que agrupa a personas que han mantenido relaciones sexuales a bordo de un avión en pleno vuelo. "No hay carnet, no hay membresía formal" aclaraba entre risas Pilar de Francisco en La Ventana, pero "sí existe una web donde la gente cuenta sus experiencias. Y en TikTok, el fenómeno se ha convertido en un reto viral, con usuarios que lo narran con humor o desafío", añade.

De Francisco explica que: "Celebridades como Kim Kardashian o Julio Iglesias han sido mencionadas como supuestos miembros del club, aunque en contextos muy distintos: vuelos privados, lejos del entorno de un avión comercial, donde este tipo de conductas están estrictamente prohibidas". Porque en un vuelo comercial, meterse en el baño con otra persona está prohibidísimo. Y no solo por razones morales o de convivencia: "hacerlo puede acarrear sanciones de hasta 5.000 euros, además de consecuencias legales más graves si se altera el orden público o se pone en riesgo la seguridad del vuelo" explica.

La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) contempla multas que pueden superar los 225.000 euros en casos graves, como provocar la desviación del avión o desobedecer a la tripulación. En palabras de la propia AESA: "Los comportamientos inapropiados durante los vuelos pueden acarrear multas de más de 5.000 euros y, si suponen la desviación del vuelo, el coste lo asume el pasajero".

Pilar lo resumía con ironía: "Lo peor no es la multa, es la ciática que te queda después de clavarte en el lavabo. Acabas en urgencias". Porque lo que para algunos puede parecer una travesura o un reto viral, para las autoridades es una infracción seria porque "emborracharse a bordo, montar escándalos o desobedecer a la tripulación son conductas sancionables que pueden terminar en comisaría, como ocurrió en este vuelo a Alicante", concluye.