"El límite lo pone la familia": los funerales donde se cambia el cura y la misa por una retransmisión en directo o unos vikingos

Madrid

Hace años, España velaba a todos sus difuntos en casa. Lo hacía en la intimidad de la familia, del círculo más cercano a la persona que acababa de morir, y el rito religioso estaba más presente que nunca con una tasa de fieles al cristianismo por los cielos. Y aunque las tradiciones nunca terminen de morir, siempre hay hueco para que se abra un abanico de nuevas oportunidades con el paso del tiempo.

Pese a que la palabra funeral lleva a nuestras cabezas a aquellas ceremonias de película, bajo una tormenta perfecta que inunda de barro los cementerios y donde los asistentes visten un elegante negro, la realidad es ahora muy distinta: de las casas, los féretros se han trasladado a los tanatorios.

"Se ha convertido en un lugar de despedida de nuestros seres queridos por excelencia, donde se reúnen todos para dar el último despido a la persona con la que has compartido tantos momentos de tu vida", señala Josep Antón, responsable de protocolo del grupo Mémora. En la misma línea habla de estos recintos el sociólogo Javier Santoro. "Es una gestión externalizada. Es más cómodo, más aséptico... La muerte, podríamos decir, ha perdido espacio y tiempo de la vida de la sociedad española", asegura.

"Es su manera de despedir a una persona querida"

Y, además de más cómodo y aséptico, es "importante" para quienes han perdido a un ser querido. "Es su manera de despedir a su persona querida, hacer un homenaje a la persona. Los rituales tienen tanto sentido... Muchas veces son alegres, otras de manera diferente, pero siempre ayudan, acompañan y apoyan", dice Beatriz Elena Estrada, psicóloga especializada en duelo.

Es en los tanatorios donde crece cada año el número de ceremonias laicas, conocidas como personalizadas, y que, según Josep Antón, en Barcelona ya suponen la mitad del total de despedidas. Aumenta, entre otras cosas, por la pérdida de fieles cristianos y la variedad cultural en la sociedad española. "El CIS dice que en 1980 el 85% se declaraba católica practicante. Hoy, ese porcentaje ha caído: en 2024, solo el 18% acude a misa semanalmente", añade Santoro. "Hay un cambio cultural: la ceremonia busca reflejar la personalidad del fallecido", remarca.

Del streaming al entierro vikingo

¿Y en qué se diferencia una ceremonia religiosa de una personalizada? Según el responsable de protocolo del grupo Mémora, en los servicios y posibilidades que se ofrecen. "Es una manera única y especial, son ceremonias donde se usa música, imágenes... El protagonista es el centro de la ceremonia. No hay limitaciones, la familia la organiza de la manera más adecuada. Además, se ofrece un servicio de streaming, por si no pueden reunirse todos en el tanatorio un mismo día", comenta a la SER en una charla.

Y, como no tiene limitaciones, hasta las modas llegan a las despedidas de la gente. "Se pusieron de moda una época los entierros vikingos. Traían hasta barcos para colocarlos encima del féretro, para simbolizar un poco esto", comenta Antón, que lleva casi 40 años dedicándose al sector.

Sean como sean, una ceremonia de despedida, un funeral, es un acto irrepetible y que logra llenar de paz la pérdida para siempre de un ser querido.