"La última memoria que perdemos: la del estribillo de una canción que no se olvida": El homenaje de Sastre a Manuel de la Calva
Abrieron un camino en la historia de nuestra música del siglo pasado, un fenómeno que hasta entonces apenas se había visto, y porque están en la memoria colectiva

¿No les pasa que a veces admiran, o les da envidia, cómo despiden en otros países a grandes figuras de su canción, cómo rinden homenaje y agradecen a figuras de la cultura que han marcado con su música a varias generaciones? De Manuel de la Calva podríamos dar esta mañana algunos datos: los millones de discos que vendió el Dúo Dinámico. Su influencia en la música. Las 766 canciones que compuso -solo o acompañado- y que registró en la SGAE.
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Manuel de la Calva ha muerto al final del verano
Pero, como pasa tantas veces, lo más importante no se explica con los datos: lo relevante es cómo esas canciones forman parte de la intimidad de tanta gente. Lo difícil es que haya canciones que se vuelvan himnos. Que renazcan, como le pasó al Resistiré durante la pandemia.
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Ayer pensé en abrir las ocho con la noticia de la muerte de Manuel de la Calva, y luego tuve dudas. Pero eso no eran dudas: eran prejuicios, porque a la gente de la cultura hay que reconocerla más: porque esas canciones que ellos escribieron las han cantado y las llevan incorporadas -las llevamos incorporadas- gentes de todas las generaciones.
Porque abrieron un camino en la historia de nuestra música del siglo pasado, un fenómeno que hasta entonces apenas se había visto, y porque están en la memoria colectiva. Y dicen que esa es la última memoria que perdemos: la del estribillo de una canción que no se olvida.
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Manuel de la Calva ha muerto al final del verano. A los 88 años. Escribió Ramón Arcusa: "Manolo de la Calva, mi amigo del alma, más que hermano, nos ha dejado. No lloréis por él. No le gustaría. Cantad con él en esta despedida".




