Rusia planea retirarse del Convenio Europeo para la Prevención de la Tortura y Ucrania vincula a Putin con el terror de Stalin

El gobierno de Rusia ha presentado esta semana una propuesta a Vladimir Putin para que el país abandone el Convenio Europeo para la Prevención de la Tortura al que se adhirió en 1996. Se sumaría así a otros pasos dados por Rusia contra la protección de los derechos humanos desde el inicio de la invasión de Ucrania como su retirada del Consejo de Europa o su decisión de no asumir las decisiones de los tribunales internacionales, como la Corte Penal que mantiene una orden de arresto contra Vladimir Putin por crímenes de guerra.

Esta decisión ha generado la reacción del gobierno de Ucrania, que ha vinculado directamente a Putin con las torturas de los gulags en la época de Stalin.

En un mensaje publicado en X, el ministro de Exteriores ucraniano, Andri Sybiha, ha calificado este plan de "una demostración de que Rusia es un territorio sin ley, donde la vida humana y la dignidad no tienen valor. Es parte de una política sistémica de tortura que hunde sus raíces en la historia de Rusia, en los crímenes de los gulags y en el terror de Stalin", ha escrito.

Torturas documentadas

Este mismo año la ONU ha publicado casos documentados de torturas y abusos sexuales por parte de los soldados rusos destinados en Ucrania. En esa investigación, Naciones Unidas detalla los shocks eléctricos, palizas, quemaduras y humillaciones físicas con los que estos soldados han agredido a prisioneros ucranianos.

El convenio que Rusia quiere dejar de cumplir establece que el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura puede realizar visitas a centros de detención de prisioneros sin previo aviso. Posteriormente, puede realizar recomendaciones confidenciales a los países para que mejoren las condiciones de los detenidos.