La nostalgia de los remakes pierde fuerza: Disney busca nuevas historias originales para captar a la generación Z

El próximo 5 de septiembre llega a los cines españoles 'Los Rose', un remake de la famosa cinta de 1989, 'La guerra de los Rose, una de las comedias sobre divorcios más salvajes del cine, eso sí, una versión mucho más suave según las críticas. La nueva versión de la batalla entre Los Rose trata de conquistar a un público más amplio y a una generación que hace tiempo que abandonó los chistes sobre odiar a tu pareja.

Esta nueva versión, este nuevo remake, ha reabierto un debate patente en los últimos años: si la industria está abusando de estirar el chicle de títulos que vivieron su éxito hace décadas. Este año ha dejado otros ejemplos, pero el más destacado por sus cifras ha sido 'Lilo y Stich', una versión a imagen real de la película animada de 2002.

Disney ha recaudado con este título más de 1.000 millones de dólares a nivel mundial. En España es hasta el momento la más taquillera del año con más de 3 millones de espectadores. Pero a pesar del éxito, Disney ha dado un giro en esta tendencia. Cuenta la revista Variety que sus directivos han pedido a los creativos de la compañía historias originales. Buscan atraer a la generación Z, un público con el que es más difícil explotar esa nostalgia de títulos que marcaron la adolescencia de muchos milennials.

Esa generación devoró clásicos como "Piratas del Caribe", o "El rey leon" cuando eran niños, y ahora llevan a sus hijos al cine a ver nuevas versiones, pero esto no permite a Disney renovar su audiencia, según explica Elena Neira, profesora de estudios de comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya. "La generación Z puede es capaz de abrazar la nostalgia como cualquier otra generación, pero están más enganchados a la novedad".

Neira apunta a las consecuencias de un consumo frenético de lo inmediato vinculado sobre todo con las redes sociales, y como afecta esto a la atención. "Un formato tradicional implica un aplazamiento de la gratificación", señala Neira. "Ahora es muy frecuente ver en redes sociales a la generación Z grabando desde las salas de cine, y es algo que los estudios permiten e incluso incentivan porque son conscientes de que no son capaces de mantener la atención de estos jóvenes durante tanto tiempo como el que requiere una película", señala.

En todo caso, son hábitos que no se pueden generalizar, remarca Neira, y de hecho recuerda el caso de los booktokers, tiktokers que han logrado que muchos de los lectores de nuevos libros sean de esta generación.

"En mi época era mucho más evidente que heredabas los hábitos de consumo de tus padres. Si en tu casa se leía, lo normal es que tú leyeses, pero de repente, sobre todo a partir de los millennials, todo esto empieza a cambiar de una manera muy rápida", asegura. "Y ya no te digo los Alfas, que es pura inteligencia artificial, es contenido a medida. Una total desintermediación de la de la creación".

Estima Neira que será hacia 2030-2035 cuando notemos realmente una brecha en el consumo de lo audiovisual entre generaciones. Es un reto para las plataformas dominar los hábitos de consumo, pero todo sea para que sigan naciendo historias originales y una nueva generación de cinéfilos.