Alessandro Valera, miembro del Coro de Hombres Gays cancelado por Trump: "No es una derrota final ni para nuestro coro ni para las personas LGTBI"
El presidente de Estados Unidos continúa su ofensiva contra lo "woke" en la cultura de su país
Alessandro Valera, componente del Coro de Hombres Gays de Washington
Washington
A los pocos días de tomar posesión, Donald Trump decidió tomar el control del teatro más prestigioso de Washington, el Kennedy Center. Echó a toda la cúpula directiva y la nueva junta le votó como presidente y director artístico con el objetivo de eliminar todo lo "woke" de su programación.
Cancelaron entonces varias funciones de su cartelera, como por ejemplo la actuación anual del Coro de Hombres Gays de Washington, un grupo que lleva en activo 45 años. Alessandro Valera vive en Washington, trabaja como consultor para ONG's y canta en el Coro de Hombres Gays.
"El coro me ha cambiado la vida de muchas maneras", explica, "porque es una intersección entre expresión artística y activismo". Valera señala que el Coro "ha sido la banda sonora de muchos eventos: positivos, como cuando se aprobó el matrimonio igualitario en este país y también eventos muy difíciles, como cuando la pandemia del SIDA golpeó a la comunidad gay de este país y de todo el mundo".

Alessandro recuerda que el Coro, que actualmente tiene unos 300 componentes, ha llegado a actuar en la Casa Blanca de Barack Obama. Sin embargo, con la llegada de Trump, todo ha cambiado:
"Nosotros fuimos de los primeros en ser cancelados. A mí me llegó la noticia por redes sociales antes de que me llegara del coro, porque el coro mismo se enteró después. Nunca nos lo comunicaron directamente. Cuando fueron obligados a comunicarlo, dijeron que había un cambio de agenda. Fue un momento de mucha tristeza para nosotros, pero a partir de ese momento también empezaron a suceder cosas que nos pusieron muy felices", recuerda.
La sociedad civil y religiosa de Washington se volcó con el coro: Iglesias, sinagogas y centros comerciales les invitaron a cantar. Recibieron un nivel de donaciones jamás visto. Y empezaron a darse a conocer fuera de la capital, hasta el punto de actuar en el reputado Carnegie Hall de Nueva York. En unas semanas, emprenderán una gira en autobús por los estados del sur del país, la zona más conservadora de Estados Unidos.
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Orgullo de creadores contra la LGTBIfobia
"Nuestra presencia es importante, no solo en los teatros de ciudades liberales como Washington o Nueva York", sostiene Alessandro. "Es importante que la gente nos vea, nos escuche y se dé cuenta de que somos personas iguales el resto, así que no somos ningún peligro", señala.
"La historia no está hecha por progreso constante", apunta, esperanzado. "A veces tenemos que hacer un pasito atrás para agarrar fuerza y seguir adelante. Yo creo que esta no es una derrota final ni para nuestro coro ni para los derechos de las personas LGTB. Es un momento difícil, pero tengo esperanza que si seguimos cantando, si seguimos luchando, vamos a divertirnos, vamos a crear impacto y vamos a tener logros políticos también", vaticina.
En todo caso, Trump mantiene una guerra abierta contra el mundo de la cultura y el Kennedy Center es solo uno de sus frentes. También ha firmado una orden ejecutiva para eliminar la ideología que considera "inapropiada y antiamericana" del grupo Smithsonian, el complejo de museos más grande del mundo que aglutina desde el Zoo de Washington a galerías y museos de la capital frecuentados por millones de ciudadanos y turistas.
Se trata de una ofensiva sin precedentes, con la que el presidente Trump quiere erradicar el movimiento revisionista que se acentuó tras el asesinato de George Floyd pero, sobre todo, controlar la oferta cultural para imponer su narrativa y eliminar todo lo que considera "woke".
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Sara Canals
Corresponsal en Washington. Periodista especializada en Relaciones Internacionales por la New York University...




