Carla Simón reconstruye a su madre en 'Romería': "Fue al leer esas cartas cuando sentí que la estaba conociendo"

Carla Simón cierra su trilogía familiar con Romería, una película que se adentra en los silencios heredados y en la reconstrucción de la memoria personal. Tras Verano 1993 y Alcarràs, la cineasta catalana firma su obra más íntima: un viaje emocional hacia la figura de su madre, fallecida cuando ella era niña. En el programa La Ventana de la SER, Simón revela que el punto de partida de la historia fueron unas cartas que su madre escribió antes de morir.

"En realidad no eran diarios, eran cartas que mi madre escribía a sus amigos y familiares", explica Simón en el programa La Ventana de la SER. "Fue al leer esas cartas cuando sentí que la estaba conociendo. Tenían su voz, su lenguaje, su forma de ver el mundo. Y eso me permitió entenderla más allá de las fotos o los vídeos".

La película narra el viaje de Marina, una joven huérfana que en el verano de 2004 viaja a Vigo para conocer a su familia paterna y reconstruir la historia de sus padres, fallecidos por sida. La protagonista encuentra en los escritos de su madre la primera pista para recomponer su identidad. "Yo sentía una frustración muy grande por no poder entender la historia de mis padres", confiesa Simón. "Y el hecho de haber hecho esta película me ha dado la libertad y el poder de inventar, que al final es el poder del cine".

La directora también reflexiona sobre el contexto social que rodea la historia. "Muchas muertes por sida y heroína están sepultadas en la memoria familiar", afirma. "Cargan con ese estigma y ese tabú que ha hecho que se silencien, se entierren, no se escuchen mucho".

La protagonista de Romería, Lucy, fue descubierta por casualidad en la calle. "No era actriz, pero tenía algo que me recordaba a la adolescente que yo fui", cuenta Carla. "Le pregunté si tenía miedo de algo y me dijo: 'Tengo miedo de parecer tonta'. Ahí supe que podía interpretar ese personaje con dos caras".

El estreno en Cannes fue recibido con diez minutos de ovación. "Es incómodo no saber dónde meterte, pero también muy bonito", admite la directora. En Romería, Simón se permite explorar nuevas formas narrativas, como un número musical que evoca los fantasmas de una generación olvidada.

Xulia Alonso: escribir para sobrevivir

A la conversación se sumó Xulia Alonso, escritora y activista gallega, cuya historia personal inspiró parte del guion. Alonso, que sobrevivió al VIH, escribió Futuro imperfecto como legado para su hija Lucía, en caso de no poder contarle su historia en vida.

"Si yo hubiera muerto, mi hija habría vivido la historia de Marina. Y si la madre de Carla hubiera vivido, Carla habría vivido la historia de Lucía", dice emocionada. Ambas mujeres comparten el deseo de preservar la memoria de quienes vivieron y murieron en silencio.

"Tu película me permite visualizar la generación que representa a mi hija", le dice Xulia a Carla. “Y me encanta que se rescate nuestra historia desde la luz”. Para Alonso, escribir fue un acto de amor: "Yo escribí el libro por amor, no por la sociedad". Y para Simón, el cine se convierte en una forma de reconciliación: "El cine me ha ayudado a entenderme y a crear una memoria que no tenía".