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Gabriel Azorín pone a conversar a los jóvenes de ayer y hoy en unas termas romanas en 'Anoche conquisté Tebas'

El director español presenta su primera largometraje de ficción en la sección Giornate degli Autori del Festival de Venecia, una propuesta en portugués y latín que reflexiona sobre las preocupaciones de los hombres de hoy y de la época romana

VENECIA, 03/09/2025.- Un baño nocturno en unas termas inspiró al español Gabriel Azorín para rodar su primera película, "Anoche conquisté Tebas", una reflexión sobre el tiempo y la masculinidad rodada en parte en latín con la que ha alcanzado el Festival de Venecia. EFE/EFE-TV / EFE-TV (EFE)

Venecia

¿Cómo surge la idea de hacer esta película en dos épocas distintas? ¿De dónde viene la idea?

Lo primero que surge es el lugar. Yo conozco los baños de Bande, estas ruinas de un antiguo campamento militar romano del siglo I. Las descubro en el invierno de 2017. Yo no tenía nada de cultura termal, no me había bañado en exterior en invierno en mi vida. Pero bueno, estaba haciendo un viaje, visité a una amiga y me terminó llevando a este sitio. Llegamos por la tarde y para mí era como una situación un poco extraña. Hacía muchísimo frío ahí fuera, pero la gente estaba bañándose en bañador o desnudos y no sabía muy bien qué hacer, así que terminé metiéndome en el agua y me costó un poco encontrar mi lugar ahí. La cosa es que cuando llegó la noche yo me quedé solo en una bañera con forma de sarcófago y ahí, como no hay luz eléctrica en este valle, lo único que puedes hacer si quieres ver algo es mirar el cielo. Es un lugar donde puedes ver un cielo estrellado increíble. Y en ese momento pensé, en este lugar que tiene más de 2000 años cuánta gente habrá hecho este mismo gesto que estoy haciendo yo ahora mismo.

Entonces, entre el viaje un poco sensorial, un poco físico, del agua caliente, el vapor, la soledad en mitad de un valle y la parte un poco humanista metafísica de pensar cuánta gente habrá hecho esto antes que yo, pues hubo una primera idea. Es un lugar donde hay algo cinematográfico. Pero bueno, pasó el tiempo, yo estaba en la Elías Querejeta Zine Eskola en 2019 y estaba muy obsesionado con el cine de Margarida Cordeiro y António Reis, esta pareja de cineastas portugueses, y sobre todo con una investigación que ellos habían hecho sobre estratigrafía, que es cómo un plano cinematográfico es capaz de mostrar diferentes tiempos en un solo plano, cómo un plano puede capturar la convivencia de diferentes tiempos históricos. Y volví a pensar en estas termas que me parecieron en su momento un lugar mágico. Pensé también que era un lugar muy dado para la intimidad y donde también se podía conversar. Como estas conversaciones que tienes cuando vas en un coche con un amigo, con una pareja, y estáis los dos mirando la carretera infinita, el horizonte. No te miras nunca a los ojos y encuentras una intimidad que da para tener conversaciones profundas. Entonces a mí me dio la sensación de que este lugar me daba la posibilidad de decir las cosas que a lo largo de mi vida yo no me atrevía a decirle a mis a mis amigos. Estas son como las dos primeras patas en las que se apoya el proyecto.

Fue la imagen antes que la historia como revelación. En todo ese proceso, ¿qué diálogo encuentras entre el ayer y el hoy?

Fue antes la idea cinematográfica que la idea temática o narrativa. De hecho, yo volví en 2019 y estuvimos grabando a un grupo de chicos que estaban bañándose ahí por la noche y pasando el tiempo. Nos dio la sensación de que eran imágenes como sin tiempo, y eso para mí fue como una revelación. Yo pensaba, si a estos chicos les quito los bañadores de piñas y les quito los iPhones, tú no me sabes decir a qué tiempo pertenece esta imagen. Me parece un descubrimiento cinematográfico, conseguir una imagen que las ruedas hoy en día pero que no sabes qué tiempo tiene. A partir de este descubrimiento también entra a trabajar conmigo Celso Jiménez, dramaturgo y fundador de la compañía ‘La tristura’, y que llevamos muchísimo tiempo queriendo trabajar juntos y empezamos a escribir este guión que parte de una idea muy básica. Hay dos chicos contemporáneos, portugueses, que deciden pasar la tarde en las termas con sus amigos y que hay algo que uno lleva mucho tiempo queriéndole decirle al otro, pero no ha encontrado las fuerzas o no ha encontrado la manera.

Y estas termas, que son mágicas, le dan esa posibilidad en la intimidad de la noche, de poder decir lo que lleva mucho tiempo sin atreverse a decir. Pero no es el único. Esa noche hay otros chicos también bañándose, que pertenecen a otro momento, pero que tienen una serie de preocupaciones similares. Para mí básicamente hay dos. Una es cómo quieres vivir la vida que te ha tocado. Yo creo es una pregunta que trasciende cualquier momento histórico en este regalo o condena que te hacen de estar en esta dimensión 80 o 90 años con suerte ¿Qué vas a hacer con ese tiempo? Y la otra es el miedo que creo que todos tenemos a perder a las personas que queremos. Y ahí empiezan las ideas narrativas y ahí empieza el trabajo hasta dar lugar a esta historia de superposición de tiempos o de convivencia de tiempos donde chicos de una edad parecida tienen cosas que decirse. Esa noche las termas le dan la posibilidad de hablar de lo que no se han atrevido hasta entonces.

No hay muchas historias sobre amistad masculina. Y en este caso, la amistad masculina en dos épocas tan distintas donde han pasado muchas cosas, donde lo que entendemos por masculinidad supuestamente ha cambiado ¿Qué crees que permanece?

Una de mis amigas dice que la película es de ciencia ficción. No por nada que pueda pasar en la película, sino porque se ve a hombres hablando de manera profunda, honesta y diciendo las cosas que le dan miedo, cosa que normalmente no se retrata. Parece que que siempre los personajes masculinos tienden más a la acción, a ejecutar sus objetivos y no suelen mostrar sus vulnerabilidades ni las cosas que le dan miedo. Yo creo que es común a cualquier época el tener miedo a perder a la gente que quieres y el desperdiciar la vida. Creo que eso nos pasa mucho hoy en día. Vivimos en sociedades muy estructuradas, somos unos privilegiados, pues tenemos la suerte de no estar viviendo ni en Ucrania ni en Gaza ni nada de eso, creo que muchas veces tendemos a la inercia, a cumplir más o menos lo que se supone que el mundo ha dispuesto para nosotros. Creo que es difícil hacer un examen de uno mismo, y esto no me refiero a terapias, sino a un diálogo interno y pensar qué quiero hacer en la vida. No me refiero a objetivos, a éxito profesional, me refiero una cosa más filosófica que es cómo quiero vivir yo. No sé si es común a todas las épocas, pero sí que pienso que en la nuestra nos cuesta un poco. Hay algo mitológico en los personajes que realmente luchan contra su destino, pero no con una narrativa épica, sino en una película muy intimista.

Hablabas justo de de la intimidad que encontraste en la noche en esas termas ¿Cómo ha sido rodar e ilumina y todo el trabajo de fotografía?

Todos nos hemos criado viviendo con luz eléctrica, eso te permite ver un montón de cosas en la oscuridad, pero también hay un montón de cosas en la oscuridad que la luz eléctrica no te permite que veas. Entonces esa relación con el misterio, con lo que la oscuridad te permite ver o percibir la hemos perdido un poco en los últimos 100 años. Para mí era importante a nivel de puesta en escena, a nivel de cómo habitar esa noche, la desaparición de la luz eléctrica y la aparición de una manera de mirar. Antes de empezar a rodar, hemos hecho muchísimas pruebas, se ha hecho mucho trabajo de campo. Yo he estado visitando estas termas desde 2019 todo el rato y rodando mucho y haciendo pruebas. Hay cámaras muy sensibles que ven más que que el ojo humano, y también a nivel del lenguaje corporal. Hay algo en cuando tú ruedas viendo perfectamente a gente que no ve la forma de relacionarse entre los cuerpos, de moverse, de estar, es completamente diferente. Y luego hay una cosa de que cuando tú estás en la oscuridad durante un tiempo, a partir de ahí, tu cuerpo, tus ojos, se adaptan a esta oscuridad y empiezas a ver cosas que antes no veías. En la película trasciende un poco simplemente lo físico o lo fisiológico y se convierte en algo también un poco espiritual. Por eso los protagonistas empiezan a ver cosas que han estado ahí todo el tiempo pero que antes no veían.

La película se centra también en la palabra, en el diálogo, ¿por qué es importante que esté tan presente la palabra y el diálogo? En el cine de hoy no sé si ha perdido a veces un poco ese cuidado.

Completamente de acuerdo con que en el cine de hoy se ha perdido. El cuidado en el pensamiento sobre la palabra, en el cine, que para mí es un material tan importante como puede ser la luz, la puesta en escena o los actores. Para mí era súper importante que los diálogos profundos, fueran honestos, que los personajes tuvieran el tiempo de que pudiéramos ver el pensamiento, trabajar en directo, O sea, que tú puedas decir una cosa, sientas que no has terminado de explicarte bien y tengas el tiempo en la película, de reelaborar tu idea hasta que crees que has llegado a profundizar de verdad en la idea que quieres compartir con esa persona que te importa y está al lado escuchándote. Para nosotros los diálogos, este trabajo que hicimos Celso y yo, más allá de hacer avanzar la trama o de sonar naturalistas, cosa que a mí me interesa bastante poco, para mí tenía que haber una belleza intrínseca en el diálogo y creo que eso es un poco del cine clásico. Creo que en el cine contemporáneo se da importancia a otras cosas, que también está muy bien y me interesa mucho, hay aspectos lúdicos de romper la narrativa y de jugar con los géneros, por eso para mí ha sido un poco como aunar las cosas que yo más amo. Creo que aunque puede ser una película radical, también tiene cierto clasicismo sin perder de vista todo lo lúdico, todo lo juguetón con los géneros, con las expectativas del espectador, que te puede ofrecer el cine contemporáneo o más experimental.

Y a la vez eso entiendo que es una exigencia para los intérpretes y para los actores ¿Cómo ha sido ese trabajo y el hablar en latín que no suene a italiano?

Es un trabajo súper fuerte, hemos estado cuatro años de trabajo con el latín, porque claro, para mí era súper importante. Normalmente cuando escucho latín, me suena a misa. Entonces ha sido un trabajo muy largo donde hemos colaborado con Laura Camino, que es una filóloga y traductora de latín. Era muy importante para que no sonara a italiano, para que no sonara a misa, probar con autores cuya lengua materna no es romance, porque yo pensaba en la musicalidad. Por eso la idea es que no hubiera actores portugueses, ni franceses, ni españoles, ni italianos, que haya actores que sean serbios, que sean marroquíes, que sean de sitios cuya lengua materna no sea romance. Hay un trabajo muy largo con los actores para que ellos puedan probar estos textos complejos que hemos escrito, estos diálogos largos que tú tienes que habitar para poder darles esas pausas, esa escucha. En el cine es muy importante el que habla, pero yo creo que en el cine es más importante el que escucha. Al mismo tiempo nosotros queríamos mantener esa belleza y esa precisión en la puesta en escena que buscábamos, por eso hubo que hacer muchísimo trabajo de depuración. A mí no me interesa creerme la escena, a mí me interesa sublimarlo a través del cine, ir en contra de esta naturalidad.

Como decías esta es una propuesta radical o experimental, ¿qué momento crees que vive el cine español?

‘Anoche conquiste Tebas’ es una hija de la Elías Querejeta Zine Eskola, de la escuela de pensamiento cinematográfico que hay detrás, la circularidad que enuncia la película tiene muchísimo que ver incluso con la estructura del curso escolar. Y, bueno, creo que es un lujo que este tipo de propuestas se puedan financiar en España, cosa que creo que hace unos años no era tan fácil y que siempre tienes miedo que vuelva a no serlo, que esto simplemente haya sido una ventana de oportunidad y que gente que viene después no tenga esta suerte que estamos teniendo nosotros, donde se está apostando desde las diferentes instituciones públicas, tanto a nivel nacional como regional, por un cine que creo que antes no se apostaba. Además este cine está teniendo la recompensa de que es el cine español que se está reconociendo en los festivales internacionales más importantes. Son sitios que igual antes estaban un poco vetados para este tipo de propuestas. No creo que fuera porque faltara talento en el cine español, creo que era faltaba dinero. Y cuanto más dinero haya para propuestas más radicales, pues saldrán películas más interesantes y el cine español tendrá más repercusión en los festivales internacionales.