Iñaki Gabilondo: "Viví en casa la experiencia de dos universos hostiles que hubieron podido acabar de muy mala manera pero no les dio la gana"
El periodista ha explicado en 'El Faro' cómo era su entorno familiar

Iñaki Gabilondo: "Viví en casa la experiencia de dos universos hostiles que hubieron podido acabar de muy mala manera pero no les dio la gana"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
Iñaki Gabilondo es uno de los iconos del periodismo español. Un periodista que siempre habló desde el respeto y con la verdad, pero para entender su desarrollo profesional hay que entender también el personal, y en El Faro, con Mara Torres, el vasco ha explicado cómo vivió su infancia y cómo era su entorno familiar, en el que todos "han sido muy libres".
Más información
Gabilondo ha incidido en que en su casa todos opinaban, discutían y nadie daba una palabra más alta que la otra si no estaba de acuerdo en algo, un entorno y una forma de crecer que el periodista ha asegurado le ha hecho desarrollar una voluntad de convivencia muy marcada, y a la que llegó "después de haber vivido en su propia casa".
El vasco ha confesado que en su hogar vivió la "experiencia de dos universos hostiles que hubieran podido acabar de muy mala manera si no fuera porque no les dio la gana. Es decir, decidieron que se querían tanto como para no entrar en conflicto por las diferencias que podía haber, y eso ha marcado mi vida", confesaba Gabilondo.

El periodista ha señalado que aquel entorno le hizo afrontar "todos los problemas que ha habido en Euskadi, la interpretación de la política, etcétera" con dos formas de actuar muy definidas: "avanzar hacia la concordia o hacia la discordia".
"Me crié en una casa en la que se avanzaba hacia la concordia, la voluntad era avanzar hacia la concordia, tal vez porque había verdadero terror a que, de lo contrario, se podía llegar a territorios de enorme discordia", lo que le ha hecho, asegura Gabilondo, desarrollar "un alma de conciliador nato".
El peligro del ser humano
Gabilondo ha asegurado que le horripila la violencia, aunque no la discrepancia, que no le horripila nada, pero tiene el peligro de "adquirir determinados tintes e intensidades cuando se empieza a cocinar una cierta temperatura", que confesaba le da miedo.
"Me da la sensación de que el ser humano, en un determinado momento, pierde el control de la situación. Le tengo mucho miedo al descontrol de las cosas", explicaba Gabilondo, que reconoce que para él esta condición humana debe ser "atemperada por la educación y el respeto, lo que nos permite vivir. Pero como se le deje suelta y se le deje que corra sin tratar de ponerle freno, es muy peligrosa".




