Dimite la número dos del Gobierno británico tras reconocer que pagó menos impuestos de los que debía

Londres

La viceprimera ministra británica, la laborista Angela Rayner, ha presentado este viernes su dimisión tras desvelarse que no pagó suficientes impuestos cuando compró un piso en la localidad costera de Hove, en el sur de Inglaterra. Rayner, referencia de la izquierda laborista, se vio forzada a renunciar después de que fuera investigada por Laurie Magnus, encargado de supervisar el comportamiento ético de los ministros.

Rayner declaró que la vivienda de Hove, adquirida en mayo, era su única residencia, lo que le permitió pagar un tipo reducido del stamp duty, un impuesto similar al de transmisiones patrimoniales. Sin embargo, el fisco considera que mantiene otra residencia en Ashton-under-Lyne, a las afueras de Mánchester, donde viven sus hijos. Aunque vendió su parte de esa vivienda a un fideicomiso a nombre de su hijo menor de edad, con una discapacidad permanente, legalmente sigue vinculada a la propiedad. Esto implica que debió haber tributado como si se tratara de una segunda vivienda.

Un informe interno remitido este viernes al primer ministro Keir Starmer concluye que Rayner violó el código de conducta ministerial. Aunque el documento elogia su colaboración durante el proceso, subraya que no buscó asesoramiento fiscal especializado, a pesar de la complejidad de su situación. Magnus ha señalado que, aunque actuó "de buena fe" y recibió confirmación por escrito de que podía aplicar el tipo reducido, ese asesoramiento no fue emitido por un experto fiscal. "Si se hubiera recibido dicho asesoramiento fiscal experto, como ocurrió posteriormente, probablemente se le habría informado de que debía pagarse un tipo impositivo más alto", concluye el informe.

En su carta de dimisión, Rayner ha reconocido su error: "Acepto que no cumplí con los más altos estándares en relación con mi reciente compra de una propiedad. Lamento profundamente mi decisión de no buscar asesoramiento fiscal especializado adicional, dada mi posición como responsable de Vivienda y mis complejas circunstancias familiares. Asumo toda la responsabilidad por este error".

Golpe político para Starmer

La renuncia de Angela Rayner, figura clave del ala izquierda laborista, supone un duro revés para Keir Starmer, cuya popularidad ha caído en picado apenas 14 meses después de su victoria electoral. En su carta de aceptación, escrita de su puño y letra, el primer ministro elogió el compromiso de Rayner con las familias trabajadoras y su papel esencial en el proyecto laborista.

La crisis ha desatado un terremoto político en Downing Street, justo cuando el partido populista Reform UK lidera las encuestas. Su líder, Nigel Farage, ha aprovechado el escándalo para atacar la capacidad del gabinete, en un momento de euforia interna que podría consolidar su ventaja sobre laboristas y conservadores.

Reorganización estratégica del gabinete

Ante el vacío político y simbólico que deja Rayner, Starmer ha emprendido una amplia remodelación de su equipo. Yvette Cooper asume Exteriores, David Lammy se convierte en viceprimer ministro y ministro de Justicia, y Shabana Mahmood pasa a Interior. Alan Campbell sustituye a Lucy Powell en los Comunes, mientras Douglas Alexander releva a Ian Murray en Escocia. Otros cambios incluyen a Pat McFadden en Trabajo y Pensiones, Liz Kendall en Ciencia y Tecnología, Peter Kyle en Empresa, Steve Reed en Vivienda y Emma Reynolds en Medioambiente. Rachel Reeves se mantiene en Economía, pese a las críticas por la falta de crecimiento.

Con esta reestructuración, Starmer busca relanzar su proyecto político y recuperar la iniciativa ante una oposición populista en ascenso y una ciudadanía cada vez más desencantada.