El verdadero inicio del año judicial: una jueza cuenta cómo es el día a día en un juzgado
María Iglesias es jueza del Tribunal de Instancia de Verín

El verdadero inicio del año judicial: una jueza cuenta cómo es el día a día en un juzgado
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Madrid
El Tribunal Supremo ha celebrado este viernes la apertura del año judicial, una ceremonia presidida por el rey, con la que cada mes de septiembre se inaugura el curso en los tribunales. Pero este viernes, alejados del foco mediático, muchos jueces y juezas han ido a sus juzgados para dictar sentencias o tomar declaraciones a detenidos.
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Una de ellas es María Iglesias, jueza del Tribunal de Instancia de Verín, que ha llegado al juzgado cerca de las 09:00 de la mañana. Este viernes ha celebrado tres juicios civiles, otro bancario y una cuestión sobre un seguro. La jueza trabaja sobre asuntos de instancia y de instrucción y cuando está de guardia también atiende a los detenidos. "Hoy no ha entrado nadie, así que me he podido centrar en lo civil", explicaba.
La localidad de Verín, en Ourense, es su primer destino como jueza. Iglesias proviene de León y, desde que aprobó la oposición en febrero del año pasado, trabaja con seis funcionarias y un letrado de la administración de justicia. También tiene competencias en materia de violencia de género, por lo que es testigo de testimonios de víctimas y de afectados de este tipo de violencia como los niños.
Al trabajar en la España vaciada o envejecida, también presencia casos en los que familiares abandonan a sus mayores en las residencias. La jueza contaba que "le da mucha ternura" ver a los ancianos, ya que le recuerdan a sus abuelos.
Una profesión vocacional
Antes de empezar la carrera, Iglesias quería ser periodista y "escribir en El País". Sin embargo, acabó decidiendo estudiar derecho donde descubrió que de todos los operadores jurídicos, la figura que más le interesaba era la del juez.
Verín es una localidad pequeña donde la mayoría de sus habitantes se conocen entre ellos. A pesar de que Iglesias ya es reconocida como la "jueza del pueblo", nunca nadie le ha preguntado sobre una resolución. "La gente es muy respetuosa y además siempre intento poner rápido las resoluciones", contaba.
Uno de los inconvenientes de esta profesión, confesaba, es la soledad. Los jueces tienen que tomar decisiones muy complejas, algo de lo que la jueza es más que consciente. Sin embargo, le tranquiliza tener a compañeros de profesión con más experiencia que pueden revocar su sentencia si consideran que están equivocadas.
Además, para ayudar a que la justicia sea más comprensible para todos, Iglesias forma parte Educa en Justicia, un proyecto que permite a los alumnos de secundaria de Galicia asistir a la celebración de juicios. El año pasado más de 8000 estudiantes participaron en el programa asistiendo a juicios principalmente por delitos leves.




