Una experta en neurociencia explica por qué tomamos malas decisiones cuando estamos nerviosos
En esta nueva sección una neurocientífica nos explica cómo el corazón está mucho más relacionado con el cerebro de lo que pensábamos
Una experta en neurociencia explica por qué tomamos malas decisiones cuando estamos nerviosos
Madrid
En esta nueva sección llamada Neurociencia de Café, la física, neurocientífica y divulgadora Nazareth Castellanos nos hablará de cómo la neurociencia nos influye y nos puede ayudar en nuestro día a día.
En la primera entrega de Neurociencia de café, la neurocientífica Nazareth Castellanos ha explicado por qué tomamos malas decisiones cuando estamos nerviosos. Para ello, ha hecho un recorrido por la historia y las culturas cerebro centristas, como la nuestra, y las cardiocentristas, como la del Antiguo Egipto.
El órgano que más influye con el cerebro es el corazón, los ritmos similares hacen que el cerebro responda con prioridad al corazón antes que a cualquier otro órgano. En el momento en el que nos ponemos nerviosos, nuestro ritmo cardíaco aumenta y nuestro cerebro pone más atención en nuestro corazón, haciéndonos perder la capacidad de toma de decisiones.
"Cada vez que el corazón bombea el cerebro le responde. Lo puede hacer de una forma contundente o más leve. Y dependiendo de esa fuerza en la respuesta del cerebro al corazón, percibiremos las cosas o no. Es decir, el diálogo entre el corazón y el cerebro filtra lo que percibimos" ha explicado la neurocientífica.
Con las pruebas actuales se ha podido encontrar una relación entre ambos órganos. "Se vio que cada vez que el corazón late el cerebro le responde. Y a esto se le llama la respuesta neuronal evocada por el corazón", ha detallado Castellanos.
En la antigüedad, concretamente en el siglo XIV, Harvey y Descartes establecen que el corazón es una máquina que bombea de forma circular la sangre. Esta percepción se mantuvo durante años, pero estudios recientes han demostrado que el corazón influye mucho más.
"En nuestra cultura, y otras más lejanas, se pensaba antes que el corazón participa de lo que hoy llamaríamos mente, o emociones, o pensamientos. Hoy la neurociencia establece que la relación entre ambos órganos es fundamental para expresar la emoción y percibir lo que sucede fuera", ha aclarado Castellanos.
Castellanos ha explicado que el cerebro comienza su declive a partir de los 39 años. Estos datos vienen de estudios elaborados hace 20 años, en la actualidad nuestros hábitos de vida han cambiado, y es muy posible que esta edad de declive se haya retrasado. El retraso en este envejecimiento cerebral se basa en tres pilares: Una vida activa, una dieta saludable y una estimulación cognitiva.