El rumor de nuestro tiempo
Hay un rumor de moda, por ejemplo, que dice: cuánta agresividad se ve por todas partes. Todos lo hemos dicho alguna vez. Es una trampa. El mundo siempre es el mismo. No se ha degradado el mundo

Barcelona
Lo decía la canción de Triana: Se oye un rumor por las esquinas. Nunca la calle ha tenido tantas esquinas. Nunca la suerte nos ha dado tanto el esquinazo. Eso es lo que dice el rumor de nuestro tiempo. Antiguamente, un rumor era algo que nadie podía asegurar, pero que todo el mundo comentaba. Se transmitía en voz baja, como los apuntadores de teatro. Las habladurías se las creía la gente, pero no se tomaban en serio, y menos en público, porque daba vergüenza. Conceder crédito al cotilleo era de ser un poco zafio. Nada más reprochable que divulgar calumnias. Ahora, no. Hoy, con los peores rumores se crean noticias verdaderas. El rumor ya no sale de la boca de la gente. Ha dejado de ser humano. Ha mutado. Los rumores salen ahora del repiquetear de los teclados. Hoy, corre como la pólvora cualquier rumor, y nadie sabe quién se lo ha dicho. Cuando lo mejor del cotilleo era siempre quien lo decía. Cada informante le daba su toque personal. ¿Recuerdan la típica frase? Decía así: No digas que te lo he dicho yo, pero... Por lo menos, era prueba de que había una persona detrás. Un autor. Cada mentira, venía con su denominación de origen. Esa frase nos humanizaba. Hoy, el rumor de moda no nos lo ha dicho nadie en concreto. Ha pasado de las redes a las personas, como un troyano. Hay un rumor de moda, por ejemplo, que dice: cuánta agresividad se ve por todas partes. Todos lo hemos dicho alguna vez. Es una trampa. El mundo siempre es el mismo. No se ha degradado el mundo. Se ha degradado la comprensión del mundo a fuerza de hacer correr habladurías. Lo que nos envenena no es la calle, es el rumor que nos inoculan. No es agresividad. A nuestro alrededor, lo que hay son toneladas de injusticia. La injusticia es muy reconocible. Es lo que nos molesta de la vida y no afrontamos.




