Vivir con el narco: "Al Gobierno mexicano no le interesa hablar de las desapariciones, reconocer que es un problema gravísimo"
Javier del Pino y Marc Bassets conversan con el periodista Manu Ureste

Guerra contra el narcotráfico en México
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Madrid
“Porque la lucha por un hijo no termina y una madre nunca olvida. ¡Hasta encontrarlos!”. Es el grito desesperado de cinco madres de desaparecidos por culpa del crimen organizado en México. Araceli, Zuleima, Lorenza, Irma y doña Norma son las protagonistas de una de las crónicas del periodista Manu Ureste (Murcia, España, 1982) que aparecen en el libro Vivir con el narco. Crónicas y retratos de un país en guerra (editorial Grijalbo, 2024). Las “madres buscadoras” son colectivos de mujeres activistas que buscan a sus familiares desaparecidos, a menudo hijos, asumiendo el papel de un Estado que no solo las ignora sino que además las revictimiza y criminaliza.
"Son las madres las que están buscando a sus seres queridos, buscan en la tierra las respuestas que el Estado no les da"
Los datos oficiales estiman que hay alrededor de 150.000 víctimas de desapariciones forzosas en México, una de las huellas más dolorosas que deja la violencia de los cárteles de la droga. Las desapariciones llevan a miles de mujeres a movilizarse y a recorrer grandes distancias, a través de carreteras, ciudades, pueblos y montañas, buscando a sus seres más queridos. “Al gobierno no le interesa hablar de las desapariciones. Son las madres las que están buscando a sus seres queridos y lo hacen con picos y palas. Buscan en la tierra las respuestas que el Estado no les da. Hay verdaderos cementerios clandestinos en el país”, explica Ureste.
La violencia en el país deja más de 30.000 homicidios registrados cada año desde 2017
Vivir con el narco es una excelente radiografía del dolor y las injusticias de un país atrapado por la violencia. El narcotráfico es el espejo de un fracaso político que se ha extendido entre los cuerpos e instituciones del Estado, un problema enquistado que deja más de 30.000 homicidios registrados cada año desde 2017. Según datos de Crisis Group, al menos 543 grupos armados operaban en el país entre mediados de 2009 y finales de 2020 y la cifra no ha hecho más que aumentar. “El problema se ha extendido, es como un cáncer que ha hecho metástasis”, afirma nuestro invitado.
La guerra abierta contra el narco fue declarada por el presidente Felipe Calderón (2006-2012) a comienzos de su mandato. Enrique Peña Nieto (2012-2018) continuó la lucha iniciada por su predecesor. Durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) se abandonó aquella estrategia belicista y se abrazó el lema “abrazos, no balazos”, el gobierno guardó las armas pero la violencia no hizo más que aumentar.
¿Cambiará la política antidrogas en México con el gobierno actual?
La actual presidenta, Claudia Sheinbaum quiere imprimir su propio sello y está aumentando la presión contra el narcoterrorismo. Durante sus primeros 11 meses en el cargo el actual gobierno ha detenido a casi 31.000 personas sospechosas de tener vínculos con el crimen organizado, unas 16 veces más que durante el mandato anterior. Para entender la evolución del narcotráfico en México el papel de Estados Unidos es fundamental ya que es su mercado principal. Esta semana, Sheinbaum se ha reunido con el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, con la intención de crear un grupo de trabajo para luchar contra los cárteles y fortalecer de manera conjunta la seguridad en su frontera común. Queda por ver hasta dónde puede llegar la presión de Estados Unidos para que el acuerdo prolifere.
Mientras la bestia del narcotráfico perviva hacer periodismo es muy necesario. Eso es lo que lleva haciendo Manu Ureste desde la mañana de junio de 2008 en la que llegó a la ciudad de Córdoba (Veracruz) a trabajar como periodista. Aquel día Manu salió a dar un paseo y encontró varios convoyes del Ejército patrullando las calles. Sorprendido y preocupado se acercó a una señora que atendía un puesto callejero y le preguntó qué sucedía. La mujer le respondió:
- “¿Qué no sabe, joven? ¡Estamos en guerra! Ay, mijo, ¡estamos en guerra contra el narco!”
Desde entonces no ha dejado de escribir para mostrar las consecuencias de la violencia y de la inoperancia de unos gobiernos que han sido incapaces de pacificar el país.




