Cortocircuito de la motosierra

Madrid

La motosierra de Javier Milei ha sufrido un serio corto-circuito eléctrico. El presidente ultrapopulista argentino se ha enrrampado en las elecciones de la provincia de Buenos Aires del domingo. Atención, no eran unos comicios locales cualquiera: el censo supone el 40% del elenco de votantes potenciales en la elección parlamentaria nacional del próximo 26 de octubre.

La diferencia de 13 puntos a favor de los candidatos peronistas, que superaron el 47% del voto contra el 22% de los asociados a la ultraderecha, augura dificultades al presidente. Incluso aunque no pueda presumirse un resultado igual en todo el país, pues Buenos Aires es el núcleo duro del peronista, mucho más que el resto.

La derrota de sus candidatos ultraderechistas ha tenido un impacto económico brutal, un desplome del peso, una caída del 20% en la bolsa y también significativa de los valores argentinos en Wall Street. Y disgustará a sus amigos Donald Trump, Giorgia Meloni, Santiago Abascal e Isabel Díaz Ayuso.

El obstáculo de fondo para Milei es que le resultará muy difícil disolver el descontento que provoca con su motosierra. Porque le han estallado en las manos casos de presunta corrupción personal y familiar. Y sobre todo porque la estabilización económica iniciada con cierto éxito en el control de los precios, se ha basado en la brutalidad de unos recortes sociales, de personal y de inversiones públicas, sin anestesia. O sea, sin un mínimo pacto de rentas, sin compensaciones, con desprecio e insultos para todos.

Y así, con el mismo rumbo piensa seguir el líder, según que ha anunciado al reconocer, sin embargo, su contundente derrota. El problema es que la pobreza alcanza ya al 53% de la población. Eso es algo molesto: no se arregla en mes y medio.