Kaouther Ben Hania: "¿Propaganda? Cada película es propaganda de su director, así que sí, es propaganda para mantener la memoria de Gaza"
La directora tunecina, ganadora del segundo premio en Venecia, defiende 'La voz de Hind', la película en la que reconstruye el asesinato de una niña palestina a partir de su llamada a los servicios de emergencia

VENICE (Italy), 06/09/2025.- Tunisian director Kaouther Ben Hania arrives for the closing and awards ceremony of the 82nd annual Venice International Film Festival, in Venice, Italy, 06 September 2025. (Cine, Cine, Italia, Venecia) EFE/EPA/ETTORE FERRARI / ETTORE FERRARI (EFE)

Venecia
Es la ganadora moral del Festival de Venecia. Kaouther Ben Hania, directora tunecina que ha estado dos veces nominada al Oscar, por El hombre que vendió su piel, 2020, y por Las cuatro hijas, 2023, ha ganado el León de Plata, segundo premio, de la Mostra. "Ya me sentía ganadora", nos decía la directora antes de los premios. Para ella, el objetivo de estar en Venecia, tenía un objetivo, lograr vender la película en todo el mundo. Su película enmudeció a la sala de prensa y logró 24 minutos de ovación en un estreno donde se ondearon, por primera vez en la historia, banderas palestinas. "No me esperaba para nada. Esperaba una reacción emotiva porque sabía que la película muestra algo muy fuerte", nos contaba en una entrevista durante el festival en la Cadena SER.
"El estreno es muy importante porque la película deja de ser tuya para convertirse en una película para el público. Que aplaudieran 24 minutos y que tuvieran que parar porque los trabajadores de la Sala Grande tenían que vaciar la sala para la siguiente proyección, fue muy fuerte. Estoy muy abrumada". Serena, con el rostro serio, de quien sabe que está dando testimonio del genocidio es consciente de que su paso por el festival era muy importante.
"El verdadero éxito, en este caso, es que la película se distribuya en todo el mundo. Ese trabajo ha empezado en Venecia, que es una plataforma enorme e increíble para el inicio de la carrera cinematográfica de cualquiera". En realidad antes de Venecia la película ya empezaba a cobrar fuerza cuando estrellas americanas como Brad Pitt, Joaquín Phoenix, Rooney Mara y directores como Jonathan Glazer o Alfonso Cuarón entraron como productores ejecutivos del filme. "Nunca podría haber imaginado que esos nombres que todos conocemos apoyarían esta película". Ser productor ejecutivo significa dar apoyo a la película. Ponen su nombre y, como son reconocidos, es la manera de apoyarla. Un apoyo que ya ha tenido consecuencias. "No sé si debería decirlo, pero mis productores están recibiendo miles y miles de correos electrónicos diciéndoles que no deberían hacer esta película. Es propaganda sionista con todo tipo de lenguaje. Nos dicen que somos antisemitas por hacer esta película. Esos correos están llegando a Brad Pitt, al abogado de Joaquín Phoenix, a sus agentes. Son miles y miles, no paran de llegar".
El 29 de enero de 2024, la Media Luna Roja, en su sede de Cisjordania, Palestina, recibió la llamada de un palestino que vive en Alemania. En ella les avisaba de que su sobrina había sobrevivido a un ataque israelí en Gaza. Les da un número de teléfono al que llaman. Lo coge esa niña de seis años, Hind Rajab, que está en un coche. Un tanque les bombardeó mientras huían. Sus tíos y primos han muerto, ella no, pero los disparos continúan. Esa llamada, que duró horas, es lo que articula todo el filme. La llamada real de la niña y cómo trataron de buscar ayuda desesperadamente esos trabajadores para que una ambulancia llegara a rescatarla. "Cuando escuché de la voz de Rajab pidiendo ayuda, sentí la misma impotencia, y empecé a preguntarme qué podía hacer. Soy cineasta, así que la respuesta era una película. Es así como puedo devolverle algo de dignidad y escribir un relato de memoria de esta chica", explica Ben Hania sobre cómo decidió rodar La voz de Hind.
En el filme usa elementos documentales con la ficción, algo habitual en el cine de la directora. Entre los elementos reales, la voz de esa niña pidiendo auxilio. "No podría hacer esta película si no me hubiera dado el consentimiento su madre", deja claro la realizadora que pidió todos los permisos necesarios para hacer esta historia. "En un principio tenía la opción de buscar a una actriz, que se aprendiera el texto y que hiciera la voz de Rajab", reconoce, pero fue al hablar con la madre de la niña cuando cambió de opinión. "Cuando escuché la grabación, lo primero que hice fue llamar a la madre. Es una gran mujer, estaba de luto, perder a un hijo es lo más horrible del mundo. Ella me dio su aprobación a hacer esta película, pero lo primero que me dijo fue 'quiero que se escuche la voz de mi hija'. Así que para mí, era una obligación moral honrar su voz, no suprimirla o contratar a una actriz y hacer que repitiera todo. La familia quiere que su voz resuene en todo el mundo, porque nos recuerda cómo le fallamos a Gaza".
Entre los elementos de ficción, está la recreación con actores, de cómo fue el trabajo de los miembros de la Media Luna Roja intentando conseguir esa ambulancia que salvara a la niña. "Descubrí que existía esa maraña de coordinación investigando y hablando con trabajadores de verdad. Normalmente, te paso algo y pides una ambulancia para un niño y llega. En un estado de ocupación, como el que se vive en Gaza, eso no ocurre. Además, la ambulancia también puede ser bombardeada, lo cual es una locura. El procedimiento kafkiano que plantea la ocupación es una especie de violencia simbólica que puede dar lugar a asesinatos reales y a una violencia real. El reto era encontrar la manera de traducir este complejo proceso el público".
La voz real de la niña ha dejado estremecidos a los espectadores, que han aplaudido en el pase y la rueda de prensa. También a los actores. La directora no les dejó escuchar la llamada hasta el rodaje. Amer Hlehel, fantástico como cooperante, decía que más que actuar, vivió ese momento. "Fue un rodaje muy emotivo, primero porque teníamos siempre la duda de sí honraríamos bien la memoria de la niña. Después, eran todo actores y actrices palestinos, incluso los extras eran palestinos".
Sobre si ha hecho una película de propaganda, como algunos medios alemanes escribían después de su proyección, la directora lo tiene claro. "No recuerdo qué director dijo una frase sobre la propaganda que me pareció brillante. Es algo así como que cada película es propaganda de su director, porque al contar una película, no somos imparciales. Eliges un punto de vista. Una sola historia. Eliges conectar con este personaje. Así que sí, es propaganda para mantener la memoria de Gaza".
La película logró marcar Venecia y hacer que las crónicas de cine, por unos días, se volcaran en contar la vida de Hind Rajab, que es la vida de tantas y tantos niños en Gaza. Eso en un festival que ha estado marcado por la polémica, pues mientras miles de artistas pedían que la dirección condenara el genocidio, el certamen pasaba por encima. "Yo no hablé de eso con él", nos dice Ben Hania sobre si pidió a Alberto Barbera, el máximo responsable de la Mostra, una condena más explícita.
"Tengo mucho respeto a Venecia, porque aquí, hace muchos años, cuando proyectaron La batalla de Argel. Fue un momento político fuerte porque toda la delegación francesa estaba muy enfadada y se marchó del festival. Por eso les respeto y les agradezco que seleccionaran mi película para competir. No me gusta dar sermones a nadie, no es mi estilo. Solo puedo decir que estoy agradecida por darme el espacio". Ese espacio ha hecho que en Estados Unidos se hable directamente de la película. La chapa que el equipo de la película llevaba en apoyo a Gaza la portó Jim Jarmush, ganador del León de Oro, el día de la clausura.
Ahora la directora solo espera una cosa. "Que se ayude a Gaza". "Espero que se pueda proyectarse alguna vez allí. Pero ahora mismo lo que necesitan es ayuda urgente ¿Quedan lugares en Gaza para proyectar una película como esta? Ahora mismo, lo que quiero es que la vea su madre y no puedo conseguirlo", explicaba con impotencia la directora. ¿La proyectaría en Israel? Le preguntamos. "Proyectar mi película en Israel es algo que siento como que normalizaría la ocupación. El día en que mi película pueda proyectarse en Gaza, quizás la situación sea tan diferente que quiera proyectarla en Israel".

Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...




