José Carrasco, psicólogo y experto en traumas psíquicos: "Las cifras de abusos infantiles se quedan cortas"

Madrid

El pasado sábado 6 de septiembre la actriz Elvira Mínguez confesó en el programa Por el principio que sufrió abusos por parte de su padre cuando era una niña. Actualmente, se estima que uno de cada cinco niños ha recibido abusos por parte de alguien cercano a su entorno.

"Están por todas partes. Muchas veces el dato parece que nos distancia en vez de acercarnos al problema", explicaba José Carrasco, psicólogo y experto en traumas psíquicos, en La Ventana. El experto señalaba que las familias siempre creen que lo pueden detectar, pero la realidad es que "muchas veces no nos damos enteramos de cuando se producen".

La exposición a un evento traumático de este calibre produce una serie de consecuencias en la psique de los niños. La amnesia es la más habitual: "Se produce cuando el sufrimiento ejercido a un niño es tan fuerte que es imposible que lo tolere. Entonces simplemente olvida, y lo convierte en un acto o un comportamiento".

Para desbloquearlo, el experto resaltaba que se utilizan distintas terapias. "Trabajamos desde el cuerpo porque este no olvida. Cuando alguna persona pasa por un hecho así, el grado de desestructuración mental es enorme. Los recuerdos se disgregan y no existe una narrativa coherente. A través del cuerpo vamos aceptando todo lo que se va sintiendo, aceptándolo y poniéndolo de manera coherente, y así el recuerdo va apareciendo", ha explicado José Carrasco.

¿Qué señales pueden identificar el abuso?

Pese a que igual el niño no ha hablado nunca del tema, existen señales en su comportamiento que pueden dar indicios de algún tipo de problema. "Es un tema que en muchos casos no se pregunta, y se les puede y debe preguntar. En muchos casos los niños lo han comunicado, se lo han dicho a un amigo, a un profesor o a los padres. En ese momento es obvio y evidente que hay que denunciar", contaba el experto.

Pero si no lo expresa de forma verbal, lo hará con cuerpo a través de comportamientos inusuales: no quiere ir al colegio, comienza a orinarse en la cama, o no quiere ver a alguien en concreto. "Hay que preguntar y poner palabra a la emoción, ¿Tienes miedo? ¿Te sientes incómodo con esta persona?... Brindamos ayuda a que el niño se abra a hablar", señalaba.

Los dibujos son una manera de plasmar su realidad para los niños pequeños, al igual que con el juego. Cambios en estas maneras de jugar pueden ser también indicativos de estos problemas.

"La manera de comunicarse con ellos es muy importante, hay que hablar de una manera clara, pero que sean capaces de entenderlo, adaptando nuestro lenguaje. Y muy importante, transmitir confianza, reiterar la idea de que en el momento en el que le pase algo malo pueda ir a contarlo", ha finalizado José Carrasco.