Manuel Jabois: "Uno de los signos más notables de la precariedad de los tiempos es decir obviedades"
Denunciar las matanzas y secuestros de Hamás a mujeres y niños israelíes, no te convierte en antiárabe

Madrid
El antisemitismo es la hostilidad, el prejuicio o la discriminación contra los judíos por el hecho de ser judíos. Es una forma de racismo y odio religioso que ha existido durante siglos y que ha tenido a lo largo de la historia muchas caras distintas. Denunciar las matanzas y secuestros del 7 de octubre de Hamás a ciudadanos israelíes, a mujeres y niños israelíes, no te convierte en antiárabe; denunciar las corrientes más extremas del Islam y la miseria que introduce en la sociedad no te hace enemigo de los árabes por ser árabes.
Te hace enemigo de la intolerancia por ser intolerante, o de los terroristas por ser terroristas, por eso denunciar los crímenes masivos y en cadena, los bombardeos indiscriminados con decenas de miles de víctimas o la destrucción de ciudades enteras no te hace odiar a los judíos por serlo, te hace odiar a los asesinos por serlo. Denunciar esto, movilizarse por esto, anunciar medidas para tratar de evitar esto, que es inevitable, no es odiar a los judíos: es odiar el asesinato de niños, de mujeres y de hombres inocentes.
Y algo más: esto que acabo de decir es una obviedad. Uno de los signos más notables de la precariedad de los tiempos es que últimamente echamos el tiempo diciendo obviedades, porque el debate público (propiciado generalmente por políticos idiotas o irresponsables) nos lleva a eso. Pasas el tiempo delante de un micrófono diciendo si las cosas son verdad o mentira, que ya ves tú, o diciendo verdades de Perogrullo que de repente hay que repetir porque hay que gente que no se entera o prefiere no enterarse.




