Hallan muestras asociadas a una posible "antigua presencia de vida" en Marte
Un nuevo estudio de la misión Mars 2020 describe estructuras microscópicas en rocas del cráter Jezero que, aunque no prueban la existencia de vida, sí encajan con procesos que en la Tierra están ligados a microbios

Imagen de los minerales hallados por el Rover Perseverance donde se observan las pequeñas manchas o nódulos que pueden ser, según los autores, signos de vida

Madrid
En 2020, la NASA envió el rover Perseverance al cráter Jezero para investigar y almacenar material rocoso de la superficie. Se eligió esta zona porque la mineralogía de la región ya había sido cartografiada con una sonda de la NASA que orbita el planeta desde 2006 y que la señalaba como muy prometedora.
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Las previsiones acertaron. Desde que llegó, el rover no ha parado de dar noticias, siempre atadas a la prudencia científica, sobre la presencia de "firmas biológicas" en el planeta rojo. Y hoy se suma una más. A través de una rueda de prensa de la NASA y una publicación científica en Nature del equipo de Joel Hurowitz, de la Universidad de Stony Brook, en Estados, hablan de hallazgos muy importantes en dos puntos del "Neretva Vallis" marciano.
Las muestras que han analizado tienen "firmas de arcillas", que describen una zona que pudo contener agua en algún momento. Sin embargo, lo más llamativo es la aparición de "diminutas motas verdosas de fosfato ferroso reducido y minerales de sulfuro de hierro incrustados en una matriz de arcilla rojiza, dominada por minerales oxidados de hierro, arcillas y sulfatos de calcio". Dicho más sencillo: unas inquietantes manchas oscuras, del tamaño de un pelo, que pueden ser signos de antigua actividad biológica.
Hurowitz y sus colegas concluyen que -probablemente-lo que hay en esas manchas es vivianita (Fe²⁺₃(PO₄)₂·8H₂O), un fosfato de hierro hidratado, que puede contener trazas de magnesio, manganeso y calcio. Su presencia sería coherente con observaciones previas de fosfatos de hierro en otra zona del crater Jezero, interpretados como vivianita que sufrió oxidación.
A partir del hallazgo se hicieron la gran pregunta: ¿se formaron estas manchas solo por procesos químicos como otros minerales o están relacionados con la actividad de microorganismos, como ocurre en ambientes de la Tierra? No hay respuesta todavía para esta pregunta, pero ahí está el hallazgo.
¿Por qué es importante?
El descubrimiento sugiere que algún tipo de materia orgánica "pudo haber participado" en las reacciones químicas que acabaron generando estos materiales.
Para entenderlo hay que volver a la Tierra. Aquí, las combinaciones de vivianita, greigita y materia orgánica se forman a menudo cuando algunos microbios usan compuestos de hierro y azufre para "respirar". Los microorganismos interactúan con los minerales y se ha observado que convierten sulfatos (azufre oxidado) en sulfuros (azufre reducido) en lagos antárticos fríos y sin oxígeno. Todavía no sabemos si hubo microbios en Marte, pero si los hubo, se pudieron haber comportado de la misma manera en un hipotético lago en la zona del cráter Jezero.
Prudencia
Como siempre, en el trabajo serio de la NASA y los distintos grupos científicos que investigan estas muestras, esto es sólo una hipótesis. Por eso, los autores insisten: "esto no prueba que hubiera microbios en Marte". Recuerdan, como ya han hecho otras veces, que existen reacciones "puramente químicas" que podrían dar resultados parecidos. Si que añaden que algunas de esas reacciones "parecen difíciles sin calor o fuentes de azufre que no se han encontrado en el cráter Jezero".
Con esa prudencia siempre por delante, los investigadores hablan en su paper de estas manchas oscuras como “potenciales bio-firmas" es decir, señales que "podrían deberse a vida", pero que -hasta que no haya más pruebas- también pueden tener explicaciones no biológicas.
La razón de esta prudencia, más allá de que el método científico la exige, es que los instrumentos del rover no tienen la resolución suficiente para confirmar con exactitud los minerales o el origen de la materia orgánica. Tampoco podemos saber si lo que se ha encontrado ha llegado del espacio procedente de un meteorito. Por eso, la clave será analizar, ya en la Tierra, las muestras de roca que está extrayendo el rover con técnicas mucho más precisas para medir isótopos y estructuras moleculares.
En todo caso, este hallazgo se suma a las distintas evidencias de que la zona del cráter Jezero fue "un ambiente acuoso y químicamente complejo". Si en alguna vez se confirma de forma más clara que los minerales se formaron con ayuda de microbios, estaríamos -ahí si- ante una de las primeras pruebas directas de vida más allá de la Tierra. Mientras tanto, se trata de un indicio muy interesante, que nos llama mucho la atención, pero aún no una demostración fehaciente y comprobada.

Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...




