La historia de una madre que perdió a su hijo: "Es necesario hablar de esta lacra. El suicidio es una realidad"

Madrid

Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. En 2023, 4.116 personas fallecieron por esta causa en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Diez de ellas eran menores de 15 años.

Este miércoles se asoma a La Ventana Beatriz Hidalgo, una "superviviente", término que designa a quienes han perdido a un ser querido por suicidio. Beatriz perdió a su hijo el año pasado. “El ser humano es capaz de adaptarse a casi cualquier situación, pero a la ausencia de un hijo no te acostumbras nunca. Aprendes a convivir con ese hecho, por muy doloroso que sea”, ha explicado.

A principios de enero, Beatriz escribió una carta a la directora de El País contando su historia. “Es necesario hablar de esta lacra. El suicidio es una realidad”, decía. La carta fue escrita el 31 de diciembre, su segunda Nochevieja sin él. Beatriz y su marido vendieron su antiguo piso porque les resultaba imposible seguir viviendo entre recuerdos. “Ese 31 de diciembre yo estaba rota de dolor, y dije: este dolor lo tengo que compartir, y tengo que avisar a los demás”.

Junto a ella ha intervenido también Víctor Pérez, psiquiatra y jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar de Barcelona. “Lo que cuenta Beatriz es algo que, por desgracia, he visto en muchas familias. Es el duelo más difícil de elaborar, lleno de ‘¿y si…?’: ¿Y si me hubiera dado cuenta? ¿Y si hubiera parado eso a tiempo? ¿Y si hubiera hablado con el profesor?”, ha explicado.

“El suicidio suele ser la manifestación de algo que ocurre detrás: un trastorno de personalidad, una enfermedad mental o un conflicto personal. Lo primero es diagnosticar y tratar la causa de base. Pero no siempre los fármacos funcionan, ni la psicoterapia, y no siempre el sistema cuenta con los recursos necesarios para atender a todos los pacientes”, ha añadido.

Tanto Beatriz como Víctor coinciden en que esta experiencia es imposible de comprender del todo, incluso con empatía. “Cuando hablas con familias que han perdido a alguien, lo que más les ayuda es contactar con otros supervivientes y crear grupos de apoyo”, ha afirmado el psiquiatra.“A veces se producen silencios incómodos porque la gente no sabe qué decir… Y a veces lo único que se necesita es un abrazo”, sostenía Beatriz.

Después de dos años, la sonrisa vuelve a aparecer, aunque sea de forma esporádica, en el rostro de Beatriz. “Yo necesitaba cuidar a alguien, y le dije a mi marido: necesito adoptar un perro. El primero que nos hizo reír a los dos fue el perro, y fue quien supo darnos cariño sin ser una persona”, ha concluido.

Recordamos a los lectores que si necesitan ayuda, tienen a su disposición la Línea de Atención a la Conducta Suicida: 024, un teléfono gratuito, confidencial y disponible las 24 horas, todos los días del año.