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Arnaud Desplechin: "TikTok muestra la realidad y la vida mucho más pequeña de lo que es"

El director francés homenajea al cine en 'Cinéfilos', película que llega a Filmin y donde se pregunta si el cine nos hace mejores

Fotograma de Cinéfilos / cEDIDA

Fotograma de Cinéfilos

Madrid

En estos tiempos donde todo el mundo se pregunta para qué sirve el cine o si ver películas nos hace mejores, un cineasta que ha dedicado toda su vida a eso de contar historias con imágenes y sonido se plantea en su nueva película, ¿qué es el cine? ¿tiene futuro? ¿nos hace realmente mejor personas? El cineasta es el francés Arnaud Desplechain y ha configura una especie de película, de ensayo, de documental y de ficción en Cinéfilos, que llega este viernes a Filmin. "Fue durante el Covid, creo que nos pasó a varios cineastas, que al parar, vimos que ese tesoro que era el cine, estaba en peligro y empezamos a reflexionar", nos dice el director en una entrevista en Unifrance con la Cadena SER.

Al igual que otros veteranos directores, como Pedro Almodóvar, Steven Spielberg, Kenneth Brannagh, este autor francés rinde homenaje al cine en una película de madurez que surgió después de una conversación entre el propio Desplechin, su productor Charles Gillibert y el filósofo Stanley Cavell, que publicó un libro titulado El cine, ¿puede hacernos mejores? La primera idea era hacer un documental sobre el estado de las salas de cine en tiempos de plataforma, pero poco a poco la película se convirtió en algo más grande. "No sé hacer un documental, sin embargo, se hacer una mezcla de muchos géneros y eso es lo que hemos hecho".

Cinéfilos es la historia de un niño que se convierte en espectador, es la historia del Desplechin niño, a quien interpreta Milo Machado, el niño de Anatomía de una caída. Es Paul Dedalo, el personaje alter ego que el director ha usado en muchas de sus películas, y a quien, como en su cine, aquí pone rostro de mayor el actor Matthieu Almaric. "Es curioso, como te decía, fue una película de encargo, pero creo que he hecho la película más personal y eso que he hecho muchas. Mi objetivo es hacer la vida mejor de los espectadores y eso pasa por contar que la mía fue mejor así".

Su experiencia fue con su abuela. "Descubrí el cine por mi abuela, porque mis padres trabajaban, y yo ya había visto películas en la tele. Lo que me impresionó es la máquina, la luz que proyectaba en la pantalla Fantomas. Por eso, contando esa pequeña historia mía quiero hacer llegar esa fascinación que sé que muchos han tenido a lo largo del mundo".

Su paso de la adolescencia a la edad adulta y su descubrimiento del cine, como una pasión, le sirve al director para explorar las cuestiones más candentes y las reflexiones más necesarias de la industria ahora mismo. De hecho, funciona como una película ensayo, donde hay varios capítulos y donde vemos distintas concepciones del cine. La primera idea es que viene de una larga historia de la cultura visual, de ahí el paso de la cámara por las pinturas del Museo de Orsay, en París, donde el juego entre espacio y tiempo ya empezaba a insinuarse. Después, la fotografía, los inventos y el duelo Edison versus Lumière.

Deplechain habla con espectadores reales, a la salida de los cines, en los cafés. Les pregunta por sus hábitos, por su relación con el cine, con las películas. Sube también a la academia y vemos a una profesora explicando la diferencia entre Stanley Cavell y André Bazin sobre cómo el cine capta la realidad. "La verdadera cuestión no es cómo el cine captura la realidad, sino qué pasa con la realidad cuando la imagen se proyecta, cómo lo real adquiere otra manifestación cuando el mundo pasa a ser visto", se escucha en la película. La idea, dice el director, era mostrar que el cine es emoción, pero también es intelectualidad: "La parte teórica y la parte sensorial del cine no deben ir separadas. No puedo diferenciarlas. Cada vez que hago una película, quiero que los espectadores sepan si hace fío o calor, pero también que reflexionen, que piensen".

Precisamente, sobre captar una de las peores realidades de la historia de la humanidad, el Holocausto, habla otro de los capítulos. En él, se recuerda la figura de Claude Lanzmann y se reivindica la importancia de Shoah como monumento. Shoah fue descubierta por Desplechin en Les 3 Luxembourg en 1985, y al verla entendió que en ella se recoge algo esencial que el cine nunca debe olvidar: la capacidad de testimoniar. "Tik Tok es una impresión de realidad, pero no es la realidad. La realidad se convierte en más pequeña de lo que existe, en el cine se convierte en algo más grande. Cuando miras esas imágenes son pedazos, están fragmentadas, cuando ves películas como Soah, por ejemplo, ves algo inmenso, que todo lo grande que hay en la realidad. En TikTok la vida es muy pequeña"

También es hermoso el homenaje a la desaparecida actriz nativa americana Misty Upham, protagonista de la fantástica Frozen River y con la que el francés trabajó en Jimmy P. Algo para lo que el director aprovecha para contar también cómo el cine, a veces, ha maltratado a las mujeres. Lo hace con también con la imagen de Marilyn y cómo el cine la cosificó. "Dice una cosa interesante Cavell y es que el cine no nace con los hermanos Lumière, sino con Casa de muñecas, de Ibsen. Lo que quiere decir es que el cine es contemporáneo a la emancipación de las mujeres. Pero, curiosamente el cine no ha mostrado esa emancipación. Es extraño eso. Porque el cine puede mostrar eso, puede cambiar eso. Yo lo hice en Roubaix, une lumière con el personaje de Léa Seydoux. Creo que el cine tiene que mostrar la vulnerabilidad y la fuerza de los personajes femeninos".

Está Bergman, Truffaut, Chytilová, está el cine actual, el cine clásico y el futuro. "Cuando empecé a escribir el guion pensé que era necesario mostrar mi colección cinematográfica. Pensé en Buñuel, en Los olvidados. Pensé en Jean Renoir, en Kurosawa. Pero no creo que sean mis películas, sino películas que todos compartimos". Una película que nos recuerda al amor con que Jonás Trueba habla del cine. Por cierto, que en Volveréis, su última película, también se reflexionaba sobre el cine y la pareja a través de los escritos de Cavell. Pero sobre todo, para Desplechin nada tiene sentido sin los espectadores y espectadoras. Sin ellos, el cine no es nada. Para el director, la película también es una declaración optimista: "El cine sobrevivirá, de una manera diferente, pero seguirá existiendo", afirma, presentando Cinéfilos como una celebración necesaria de por qué durante más de un siglo hemos sentido la necesidad de compartir la magia del cine en las salas."Veo el futuro de manera serena. Es verdad que Francia somos un microclima, no sé qué pasará en España. Es cierto que la cosa ha cambiado, hay muchos blockbuster, muchas plataformas, pero hay cosas maravillosas. Por ejemplo, Roma, es una obra maestra que me sigue acompañando y la vi en Netflix. No hay competición, porque los niños conocen el cine en la televisión y yo, como niño de provincias, debo decir que conocí el cine así. Pero confío en el futuro de las salas", nos dice Desplechain con esperanza.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 

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