Europa con Palestina

Madrid

Esto de Europa va un poco mejor. Miren si era importante que la presidenta de la Comisión rectificase ayer sobre su posición de pasividad o timidez ante el intento de exterminio de la población palestina de Gaza. Tan importante, que hoy el Parlamento Europeo la ha apoyado sólidamente. De la mayoría europeísta a favor de la exigencia contra Netanyahu no se ha descolgado siquiera el Partido Popular al que pertenece Ursula, atenazado entre la trayectoria liberal/democrática y la creciente cercanía de su cúpula a los ultras antieuropeos.

Ayer constatábamos un giro en la deriva reaccionaria de la presidenta de la Comisión. Hoy certificamos el compromiso de otra gran institución política de la Unión Europea, en favor del derecho internacional, del derecho humanitario y del mero derecho de los palestinos a la vida. Solo falta para la unanimidad el Consejo, que reúne a los Gobiernos. Espoleados por España y enfriados por Alemania por complejo de su pasado nazi antisemita, a este organismo le falta solo un peldaño para aprobar una medida decisiva.

¿Cuál? La suspensión temporal del acuerdo de asociación de la Unión Europea con Israel. No es un mero guiño simbólico. Este acuerdo facilita un intercambio comercial anual de unos 42.000 millones de euros. Es la savia que mantiene en pie la vida cotidiana de los ciudadanos israelíes, aunque sean las armas americanas las que los protegen o les ponen en apuros.

En Gaza y en Ucrania se juega su futuro Europa. Ojalá que sea con menos retrasos, reticencias o cobardías que hasta ahora. Los españoles podemos estar angustiados, pero al mismo tiempo, menos intranquilos con nosotros mismos: nuestro país ha optado en este asunto por la vía de la decencia.