Así funciona la actividad tradicional islandesa que salva las vidas a miles de frailecillos cada año
Por las noches, voluntarios en las Islas Vestman rescatan crías de frailecillo afectadas por la luz artificial, en una tradición que protege a esta especie vulnerable

Así funciona la actividad tradicional islandesa que salva las vidas a miles de frailecillos cada año
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
En las Islas Vestman, Islandia, una vez termina el mes de agosto, niños y adultos salen por las noches... ¿El objetivo? Recoger a los frailecillos de las calles.
Las crías de frailecillo atlántico, llamadas puffins, siguen la luz de la luna hacia el océano. Sin embargo, muchas veces se desorientan por las luces del pueblo y son incapaces de retomar el vuelo. Así pues, la tradición en este país consiste en recogerlos en cajas y soltarlos desde los acantilados para que puedan volar y seguir su camino.
"En nuestro caso, cosa que recomendamos, los llevamos al Santuario La Beluga, donde los puffins son revisados para ver si están sanos y listos para empezar su nueva vida", narra Melash García, de origen ecuatoriano y residente en Islandia.
Durante siglos, este pájaro ha sido una fuente esencial de alimento y plumas, lo que ha contribuido a que esté clasificado como especie vulnerable, lo que hace de esta medida comunitaria una tradición vital para evitar su desaparición.
Raquel Jiménez, bióloga, explica por qué este tipo de prácticas son necesarias: "Más allá del rescate, esta actividad tiene un profundo valor educativo, ya que los más pequeños participan activamente y aprenden sobre los ciclos naturales, el impacto humano en la fauna y la importancia de cuidar los ecosistemas".
Esta temporada se han rescatado 2.148 de estas aves gracias al esfuerzo de las comunidades islandesas, que están contribuyendo a la conservación de esta especie. Cada año se rescatan miles de ejemplares mediante este tipo de prácticas, las cuales solo requieren de linternas, una caja de cartón y la voluntad ciudadana.




