Nerea Pérez de las Heras, sobre Charlie Kirk: "Parece que a los ultras, les pasan cosas ultras"
Charlie Kirk sacaba más rédito político cuanto más aterrorizada, insegura, paranoica, ignorante y violenta fuera la sociedad estadounidense

Madrid
Hace unos días uno de los grandes defensores mediáticos de Trump, uno de los responsables de su victoria, Charlie Kirk, fue asesinado de un disparo en el cuello mientras daba una charla en una universidad de Utah. Las imágenes son brutales, han circulado mucho.
Charlie Kirk defendía la superioridad intelectual de los blancos sobre los negros y de los hombres sobre las mujeres, decía que estas debían permanecer en casa, que no debían abortar en ningún caso, ni siquiera las niñas, ni siquiera en casos de violación, ni si corría peligro su vida, nunca, pensaba que una maquinaria superior llamada cultura occidental cristiana tenía pleno derecho a conquistar territorios a su antojo, a toda costa. Por supuesto, defendía el genocidio en Palestina, decía que el derecho a portar armas que en Estados Unidos ampara la segunda enmienda está por encima de las vidas que arrebataban esas armas. Decía textualmente que todos esos tiroteos en colegios, centros comerciales e institutos merecían la pena.
Y aquí seguro que la gente que nos está escuchando estará pensando: Vaya, parece que a los ultras, les pasan cosas ultras. Charlie Kirk estaba comprometido con una idea de un mundo organizado jerárquicamente por la fuerza, con seres humanos de primera y de segunda.
Charlie Kirk sacaba más rédito político cuanto más aterrorizada, insegura, paranoica, ignorante y violenta fuera la sociedad estadounidense. Aunque debió olvidar el detalle de que él mismo y su familia también formaban parte de esa sociedad. Cualquiera que empuje a la masa hacia algo que no quiere para sí mismo es un charlatán y un timador, cualquiera que piense que el contexto no le va a salpicar, además es un necio.
Todo esto es verdad. Pero lo peor que podemos hacer es leerlo como un golpe de karma, de justicia poética, si extraemos de este suceso que la violencia ejercida sobre Charlie Kirk es una consecuencia justa y directa del discurso de Charlie Kirk estamos paradójicamente comprando la propuesta de Charlie Kirk.
Somos un poco mejores que eso, más civilizados, más espabilados. A diferencia de Charlie Kirk sabemos que lo que siembra un fanático lo recoge la sociedad entera.




