Una interna en tercer grado sobre su paso por la cárcel: "A la institución le daría la vuelta como un calcetín"
Carmen Díaz está cumpliendo condena por un delito económico

Una interna en tercer grado sobre su paso por la cárcel: "A la institución le daría la vuelta como un calcetín"
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Para Carmen Díaz la definición de la palabra "cárcel" cambió hace unos años. Pasó de ser "un sitio donde estaban las personas malas personas", a un lugar repleto de "buenas personas que han tenido malos momentos". El giro en la percepción de esta presa en situación de semilibertad es el resultado de su experiencia tras recibir una pena de dos años y 11 meses de cárcel por alzamiento de bienes.
Lejos de lo que nos hacen creer en las películas, Díaz asegura que en el aislamiento total, encontró personas, compañeras, funcionarias y técnicas, que le han cambiado su visión del sistema penitenciaria. Actualmente, cuando le quedan 10 meses para lograr la libertad plena, Carmen trabaja con la asociación Teta y Teta, en proyectos para el tercer sector que se centran, principalmente, en asistir a mujeres en situación de privación de libertad.
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Cómo se definen las palabras dentro y fuera de la cárcel
"Cuando entras, convives rodeada de malas personas como tú, porque yo entré en la cárcel, puesto me incluyo, en ser una de esas malas personas que está ahí dentro, te das cuenta que no hay malas personas. Hay buenas personas con malos momentos, con malas vidas, con malas socializaciones, con malas situaciones, con malas existencias vitales", explicaba en los micrófonos de A vivir que son dos días junto a Javier del Pino y Juan José Millás.
Es por esto que Carmen Díaz impulsa un cambio en la narrativa para desestigmatizar a los reclusos y acabar con el tópico del sistema penitenciario, que tanto se ha visto influenciado por el cine de Hollywood. "No tiene nada que ver la cárcel española con la norteamericana, con las cárceles en América del Sur o con las cárceles africanas. Tampoco es perfecta. El nivel de un país se mide porque cómo trata a su población más estigmatizada, en este caso, para mí, serían las mujeres en situación de privación de libertad", decía, acordándose de las palabras de Concepción Arenal, en su defensa por los derechos de los presos.
En la cárcel, Díaz asegura que ha aprendido muchísimo, aunque reconoce que le "daría una vuelta". "No sé si la cárcel ha cumplido su función, porque ponerle soluciones fáciles a problemas difíciles no es ni bueno ni malo, es estupidez. Lo que sí ha cumplido la función es quiénes me han rodeado la en la cárcel... A la institución, le daría la vuelta como un calcetín", decía.
Y es que, aunque las cosas han cambiado mucho desde que Arenal comenzase sus tareas de visitadora de prisiones en 1864, esta interna de tercer grado considera quedan cosas que cambiar. "Todavía no hemos conseguido ni una cuarta parte de lo que ella dijo en aquella época", añadía.




