Manuel Jabois: "Redford dijo que el cine era como devolver lo que la vida le prestó. Qué suerte tuvimos porque se pasara con la devolución"
Nunca buscó la caricatura de sí mismo ni la sobreexposición, y siempre encarnó personajes con un pie dentro y otro fuera

Madrid
No fue una estrella canónica entregada al espectáculo y sus publicistas, reacio al compromiso, blindada de opinión y levitando sobre los asuntos mundanos. Es decir, se preocupaba por los espectadores que acudían a los cines a ver sus películas, que de eso va la vida: por ver qué pasa fuera del castillo. Eso le hizo involucrarse en política para hacer cumplir lo que su personaje de Habana enamorado de una revolucionaria dice: “¿Quieres cambiar el mundo? Cambia el mío”.
Contaba en entrevistas que en los 70 quemaban su nombre por hablar de ecología; generalmente las llamas iluminan mejor el camino. Nunca buscó la caricatura de sí mismo ni la sobreexposición. Siempre encarnó personajes con un pie dentro y otro fuera, por eso queríamos ser Robert Redford: porque hay que tener siempre piedad con los que combaten en las fronteras. El cine, dijo, era una manera de devolver lo que la vida le prestó. Qué suerte tuvimos porque se haya pasado con la devolución.




